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domingo, 4 de marzo de 2018

Encuentro con Michel Moutot – Las catedrales del cielo


El mes pasado estuve, junto a otros blogueros, en un encuentro con Michel Moutot en el Hotel de Las Letras, para hablar de su novela Las catedralesdel cielo.

martes, 7 de febrero de 2017

Encuentro con María Pérez Heredia, autora de Starman

El pasado 1 de febrero asistí a un encuentro con María Pérez Heredia, autora de “Starman”, novela publicada el 2 de febrero con el sello Reservoir Books. Tiene 22 años, y ésta es su segunda novela. Se dice pronto. Nos estuvo hablando de la novela, de los personajes, de cómo se documentó y de muchas cosas  más, y si ya la novela tiene muy buena pinta, tras oírla, te entran aun más ganas de leerla. Hoy os traigo la crónica de dicho encuentro


domingo, 29 de noviembre de 2015

Encuentro con Kate Morton

El pasado 19 de octubre, unas cuantas blogueras tuvimos la inmensa suerte de acudir a un encuentro con Kate Morton. Cuando llegamos, estaban terminando de hacerle una entrevista. Al poco, comenzó el encuentro, con Kate Morton acompañada de un traductor y de Pablo Álvarez, el director de Suma de letras.

Pablo Álvarez comenzó dándonos las gracias por acompañarlos (aunque más bien, las agradecidas éramos todas las que estábamos allí por haber sido invitadas), diciéndonos que era un día muy especial porque estuviera allí Kate Morton. Nos remitió a “El jardín olvidado”, libro con el que Kate Morton saltó a la fama en España, y con el que llegó a muchísimas personas (en España se han vendido más de un millón y medio de ejemplares). Pablo también nos dijo que estaba muy contento porque estuviéramos allí, porque valora muchísimo el trabajo que hacemos de difundir los libros.

También nos contó los universos que maneja Kate Morton en sus novelas (conocidos por cualquiera que haya leído sus libros): protagonistas femeninas muy especiales con una personalidad muy bien construida y muy bien dibujadas, sagas familiares, alguna pérdida en el camino, muchísima intriga y ganas de conocer todo ese misterio que Kate Morton imprime en cada una de sus novelas ella.

También nos contó lo exigente que es Kate Morton consigo misma, como trata de superarse en cada nueva novela, y como lo ha ido haciendo. Que Suma de letras apuesta por ella, y han sacado una primera edición con muchísimos ejemplares, porque Kate Morton se ha convertido en un fenómeno tanto de ventas como de calidad.


Después le cedió la palabra a Kate, quien agradeció sus palabras y nuestra presencia, pues siempre le resulta apabullante cuando alguien dice tantas cosas maravillas de ella. Nos contó que hablar de libros con personas a quienes les gustan los libros es una de sus cosas preferidas, incluso cuando no es de sus libros (pero que ya que teníamos allí sus libros, que hablásemos de ellos). Para ella, tener su libro en sus manos es un placer. “El último adiós” los escribió embarazada de su tercer hijo, y que eso lo vamos a ver plasmado en él, pues es difícil que un autor no plasme parte de su vida en los libros que escribe. El objetivo de Morton cuando escribe un libro es que los lectores se sientan envueltos por su historia igual que se sentían envueltos cuando de pequeños leían un libro y les parecía que ese mundo en el que se metían era maravilloso. Nos dijo que podría estar hablando horas de su libro, pero que lo que quería era que le preguntásemos lo quisiéramos.

La primera pregunta fue si acariciaba la libreta en el bolsillo, como hace uno de sus personajes en “El último adiós”. Nos dijo que no, pero que siempre le acompaña alguna libreta de notas, sea de un tipo u otro.

Cornwall es un sitio especial para ella, siente que de alguna manera pertenece allí, pero hay muchos lugares que la inspiran, porque es una persona que suele enamorarse de los sitios. Entre otros, nos habló de Londres, una ciudad muy dinámica en la que se dan la mano el pasado y el presente

Las protagonistas de sus novelas siempre son mujeres porque le sale así, no porque sea su objetivo. Al fin y al cabo, ha crecido con tres hermanas, y en parte es por eso por lo que escribe sobre mujeres. Pero como ahora tiene tres hijos, vamos a ir viendo más notas y matices sobre los personajes masculinos.

Al igual que Alice, una de las protagonistas de “El último adiós”, también una vez se quedó atascada con una novela y terminó escribiendo otra. Le pasó con su tercer libro. Llevaba escritas 60.000 palabras y llegó un momento en el que a pesar de que el libro sabía que funcionaba no se sentía en vuelta por la novela. Se dio una semana de tiempo, en el cual empezó a desarrollar una nueva idea que le había venido a la mente, y cuando acabó la semana que se había dado de plazo, continuó con la nueva idea y no volvió a la original. 

Una de las cosas que nos contó Kate y que más me sorprendió es que escribe las historias tal cual van apareciendo en la novela. Con todos los saltos en el tiempo que da, me parece admirable. Lo que nos dijo es que se pasa varios meses pensando en cada una de las líneas argumentales, que sueña con ellas, las escribe y va anotando ideas, desarrollándolas de forma independiente y viendo cómo las puede ir mezclando. Pero cuando se pone a escribir, las escribe tal cual como aparecen, alternando unas historias con otras, porque la información de una la lleva al hilo argumental de otra historia.

Gracias a María por la fotografía

A Kate Morton le ha resultado curioso, como escritora, hablar de la opinión que tiene otra escritora. Para ella, las transiciones, a pesar de ser algo pequeño, le resultan difícil y complicadas (el explicar cómo un personaje pasa de un punto A a un punto B). lo que nunca quiere es que un lector se aburra con esa transición y cierre el libro. Aun así, para ella es más complicado describir las emociones de un personaje.

Cualquiera, al comenzar “El último adiós”, se piensa que Alice va a ser la protagonista principal. Sin embargo, Eleanor le va ganando terreno. Nos contó que, en un primer momento, concibió a Eleanor como un personaje pequeño, pero conforme fue ganando vida, se convirtió en un personaje central de la novela y en una especie de eje alrededor del cual giran todos los demás personajes. Que no fue su objetivo, pero que le resultó inevitable que así fuera.

Los personajes de sus novelas son ficticios, pero todo lo que sabe Kate de las personas es lo que luego plasma en la novela. Y que a veces, cuando sus personajes abren la boca y dicen algo muy sabio, dicen algo mucho más inteligente de lo que diría ella, y es cuando se da cuenta de que eso no viene de ella, si no de otra persona, y que ella lo canaliza y sale por boca de sus personajes. Ahí Pablo metió baza para decirnos que esa es la escucha del autor, la cual es muy importante. Que si un escritor ha hecho una muy buena ficha de personajes bien por escrito o bien porque haya pensado muy bien cómo quiere que sea, aunque el escritor quiera llevar la novela por un lado, el personaje se planta y le dice que no, que quiere (y va a ir) por otro camino. Kate nos dijo que es lo que ella llama la verdad emocional, y que está segura de que muchos lectores entienden cuándo el personaje va por el camino que desea y cuándo el escritor quiere que vaya por ese camino.

A la pregunta de si “El último adiós" fuera un cuadro, qué cuadro sería, Kate Morton respondió que sería un cuadro impresionista, porque desde lejos ves un cuadro único, pero conforme te vas acercando ves capas y matices que conforman el cuadro único que ves desde lejos. O también un tapiz, porque por delante lo ves todo perfecto, pero si le das la vuelta ves todos los hilos que hay por detrás, pero si vuelves a darle la vuelta, ves una historia perfecta.

A Kate le resultaría muy divertido, pero también surrealista, ver el libro llevado a la gran pantalla. Que sentiría que está viendo la historia escrita por otra persona. Y que de hecho, es lo que le pasa al escuchar el audio-libro de sus propias novelas, que tiene la sensación de que han sido escritas por otra persona.

Cuando se le preguntó que a cuál de sus novelas le tiene más cariño, nos respondió que eso era como pedirle que eligiera a alguna de sus hijos. Aun así nos respondió, y nos dijo que su libro favorito es el que está a punto de escribir, que siempre lo compara con una burbuja: Cuando empieza a escribir un libro, abre esa burbuja y va metiendo en ella sus experiencias. Cuando termina el libro y lo publica, ahí cierra la burbuja, la cual pasa a manos de los lectores, y entonces empieza una nueva burbuja.


Terminó el encuentro, y Kate nos dedicó los libros y se hizo fotos con cada una de las personas que allí estábamos. Después, los editores de Suma de letras nos dijeron que comiéramos, porque ni habíamos probado el ágape que nos habían puesto (y es que estábamos tan atentos a lo que nos decía Kate, que ni lo probamos, jeje).

Sólo puedo terminar esta crónica diciendo lo majísima que es Kate Morton, me resultó una persona muy simpática y cercana. Y dar las gracias a Suma de letras por organizar un encuentro así e invitarme a participar en él.


lunes, 9 de noviembre de 2015

Encuentro con Mikel Alvira

Un sábado por la tarde, frío y lluvioso; esquivando a la gente, que se empeñaba en ir a paso de tortuga en un Madrid abarrotado de personas; mirando el reloj, pensando que los madrileños tienen un problema con la lluvia: se forman atascos, se colapsa el metro y se junta gente sin prisa que impacienta a los que llegamos tarde a una cita. Y mientras voy adelantando a los viandantes haciendo zigzag, descubro que ya he llegado a mi destino: el hotel de las Letras. Entro en la cafetería y busco entre la gente. Ahí están: A la mayoría les conozco, a algunos no, y de los nervios de llegar tarde no sé ni cómo saludar (a algunos creo que ni lo hice). Mikel Alvira me saluda, y va en busca de un asiento para mí (cosa que agradecí un montón, porque cuando vi esas butacas, lo único en que pensaba era que como tuviera que coger una, me fastidiaba del todo la muñeca).

Ya estamos todos: comienza el encuentro con Mikel Alvira. Acompañados de café y cervezas, la charla es muy breve, de repente nos damos cuenta de la hora y nos tenemos que ir. Llevamos 4 horas hablando, y el tiempo ha pasado volando.

Manuela me advirtió: Lee ya La novela de Rebeca, porque te aviso que vamos a hablar del final. Pues hablamos de todo, pero el final solo lo comentamos de refilón. Conclusión: Tenemos que hacer otro encuentro, ese libro se merece que hablemos del final largo y tendido.

Mayte iba equipada con su libreta, aquella que la acompañó durante la lectura de La novela de Rebeca, y en la que iba anotando aquellas frases para recordar, que le habían gustado o impactado, y todas las preguntas que deseaba hacerle al autor. Eran preguntas de escritora a escritor, y con la que los lectores disfrutamos mucho. Hablamos de tantas cosas (y sin tomar nota de nada, porque ¿quién apunta cosas mientras habla con amigos?) que me resulta muy difícil hacer esta crónica (o lo que sea). Así que os voy a hablar sin orden ni concierto de lo que me acuerdo. Seguro que me dejo muchas cosas en el tintero, así que al final de esta entrada os dejaré las crónicas del resto de los que estuvieron allí.


Una de las primeras cosas que surgió (y cualquiera que se haya leído el libro, seguro que también le ha venido a la mente): ¿Qué hay de Simón Lugar en Mikel Alvira? ¿Qué manías de escritor comparte, y cuáles tiene propias? Mikel nos contó que sólo compartía una: Guardar compulsivamente todo lo escrito, no hay nada que más rabia dé que perder el trabajo hecho. Y que no tenía más manías. O eso dijo en un primer momento, porque luego salieron a la luz unas cuantas…


También hablamos de esa portada tan atrayente. Aunque lo importante de un libro está en el interior y no deberíamos juzgar un libro por su portada: ¿Quién no ha leído un libro sólo porque la portada le ha llamado la atención, o porque un título le he atraído sin remedio? Entre tanta y tanta oferta, donde hay demasiadas novedades que duran muy poco tiempo en la mesa de novedades, destacar es importante. Lo primero que te entra por los ojos es la portada y el título. Si te atrae, cogerás el libro para ver de qué va. Y ya estás un paso más cerca de elegir ése en lugar del que está al lado. Mikel Alvira nos contó que la fotografía es de Ingunn Viste, que él propuso a la editorial utilizar una de sus fotografías porque le encanta esta fotógrafa. Hicieron varias pruebas, pero al final se quedaron con la primera, pero volviéndola azulada. Y con el título, él pensaba otro (Rebeca no es lugar para días grises), pero lo primero que le dijo la editora es que había que cambiarlo. La novela de Rebeca me parece un buen título, hace alusión tanto a la novela que se escribe como a las Rebecas que pueblan sus páginas.

También hablamos sobre los agentes literarios. ¿Son tan malos como tantas veces se nos muestran en la literatura? Mikel Alvira nos contó que para nada, que él está muy contento con la suya, pero que es verdad que dan mucho juego en una novela como contrapunto al escritor. Que cuando empezó con su agente literaria, le presentó el borrador de otras novelas. Y que un día hablando, le dijo que tenía otra, pero que era impublicable. Ella le dijo que quería leerla, y cuando lo hizo, dijo que quería publicar esa. Sabéis de qué novela estaban hablando, ¿verdad? Efectivamente, esa novela impublicable que está camino de convertirse en un gran éxito no era otra que La novela de Rebeca: un libro que juega con la estructura propia de una novela, con varios narradores, varias líneas de argumento y muchos saltos en el tiempo y en las tramas. Un libro que se vende como novela negra, pero que en verdad no lo es: Es mucho más, un juego metaliterario que al principio confundirá al lector, pero que después le parecerá una auténtica delicia. Mikel también nos contó el porqué del cambio de editorial: Él estaba muy contento con la suya, pero se le hizo pequeña, porque la distribuidora no era a nivel nacional, y necesitaba un cambio.

Mikel nos contó todo lo que había hecho en su vida profesional. Es una persona extremadamente creativa, el campo con el que mejor se maneja es el de las palabras, pero no es el único: Ha hecho cortometrajes, obras de teatro, guiones de musicales imposibles de convertir en realidad por el costo que tendrían, videoclips publicitarios, arte con letras e incluso algún discurso. Nos confesó que él no escribe libros, si no frases. Pero que para que le publiquen esas frases, tiene que “rellenar” con 300-400 páginas para que se las publiquen.

También se interesó por nuestros blogs, por el trabajo que les dedicamos, si leíamos de otra manera desde que los teníamos, de nuestras conversaciones en Twitter donde comenzamos hablando de un libro y terminamos contando que hemos ido a la peluquería, a recoger a los niños o que tenemos que hacer la cena. Le explicamos que es así porque, aunque nos empezamos a relacionar por los blogs y los libros, muchos terminamos haciéndonos amigos, aunque no nos hayamos visto nunca. Es la magia de internet: une a personas.

Si puedo ilustrar esta entrada con alguna fotografía es gracias a Mayte Esteban, que antes de irse me pidió que le hiciera una foto con Mikel, y me la hizo a mí también. Mikel nos prometió que, si íbamos al norte, no hacía una guía por la casa de Simón Lugar y su playa. Como dijo Manuela, no sabe dónde se ha metido, porque a la mínima oportunidad que tengamos, volveremos a organizar un encuentro como el de esa tarde, donde el tiempo pasó volando. Sin duda hay que repetirlo, y tenemos una “excusa” para hacerlo: ¡No hablamos del final! Una tarde magnífica, muchas gracias a todos, lo pasé genial.

Crónica de Concha. Ah, no, que no estaba Bea para escribirla ;)

* El resto de los presentes creo que no ha hecho crónica, al menos no la he encontrado.


domingo, 1 de noviembre de 2015

Encuentro con Oriol Nolis

El pasado 15 de octubre unos cuantos blogueros acudimos a un encuentro con Oriol Nolis, a propósito de su primera novela, La extraña historia de Maurice Lyon. Muchas gracias a Suma de letras por organizarlo, siempre nos tratan muy bien (y no sólo por el ágape que nos ofrecen) y a Oriol Nolis por prestarse a ello, cada vez me gustan más este tipo de encuentros, poder hablar de una manera tan cercana con un autor sobre un libro es un lujo y lo disfruto mucho.

Como os contaba en mi reseña de La extraña historia de Maurice Lyon, cuando oí hablar por primera vez de este libro, el nombre del autor no me sonaba de nada. El argumento me atrajo, y cuando indagué un poco más sobre el libro, es cuando descubrí que la cara del autor sí me sonaba, del telediario de TVE. No creo que sea la única que tenga prejuicios hacia los personajes de la tele que escriben libros. Considero que muchos de ellos publican su libro por ser quienes son, no por la calidad de la novela. Muchos, no todos, obviamente. Pero a mí, en vez de atraerme el que sea famoso, me echa para atrás. En este caso, como el autor era presentador de un telediario y el argumento me llamó la atención, decidí darle una oportunidad, y me alegro de haberlo hecho.

Volviendo al encuentro de ese día, precisamente empezamos hablando por ese tema, y Oriol nos dijo que él era periodista, y también presentador, y que el periodismo está totalmente relacionado con las letras. Que él había hecho cursos de escritura, que tenía esta idea en mente y, aprovechando unos meses en que no trabajó, volvió al borrador de esta historia que tenía guardada en un cajón, y la pulió para convertirla en la novela que hoy es. Y que quería publicarla no por vanidad, si no porque verdaderamente cree en la calidad de la historia.


El personaje lo tenía claro desde el principio, el argumento de la historia también, y luego fue ultimando los detalles. Oriol no describe físicamente al protagonista, solo perfila unos rasgos mínimos; tampoco lo juzga. Lo que él quería era mostrar cómo es, sus actos y los motivos que le llevan a actuar así, y que cada uno sacase su propia conclusión. Algunos detalles de Maurice tienen un punto canalla y gamberro, como él, pero ahí se acaba el parecido (menos mal) entre el personaje y él.

Hablamos de lo contradictorio que es Maurice, cómo para distanciarse de su pasado, se acaba ligando aún más a él, y que todas las personas en alguno (o varios) aspectos de nuestra vida, somos así de contradictorios, entre lo que queremos hacer y lo que terminamos haciendo. Nosotros comentamos que siendo un personaje que no cae bien (es medio psicópata, si no psicópata entero), es muy difícil conseguir que quieras seguir leyendo, y que él logra que queramos saber qué va a pasar, lo cual es complicado, y dice mucho a su favor.

Oriol nos contó que algunos lectores le habían dicho que la historia se les hacía corta y querían saber más, y otros que tenía la extensión necesaria, pero que él no era partidario de “rellenar” la historia para que el libro tenga más páginas. Yo creo que es muy buena señal (si la historia no queda a medias hay o algún cabo suelto, claro) que un libro se te haga corto, eso quiere decir que has disfrutado con su lectura y que no hay “paja” que sobra.

También hablamos del arte (muy presente en la novela, casi como un personaje más). Para Oriol, el arte es algo que te conmueve, en sentido positivo, íntimamente relacionado con el terreno de la belleza. Y con respecto a coleccionar el arte, él prefiere hacer una colección de los momentos vividos y no de objetos. Yo también lo prefiero, en una época en que prima el postureo, para mí lo importante de una fotografía, no es la foto en sí, si no lo que representa: el momento vivido, la experiencia, la belleza, la persona con quien compartiste ese instante.

Hablamos largo y tendido sobre el final, lo que nos había gustado, cómo continúa después de cerrar el libro, una pequeña cosa del final que a mí no terminó de encajarme, cómo es un libro que, unos días después, cuando ya ha reposado la historia y se  ha asentado en tu cabeza, te deja aún mejor sensación que cuando lo acabaste. De eso no puedo contar mucho más, para aquellos que no habéis leído el libro, pero fue muy interesante poder charlar con el autor sobre ello, y comprobar cómo de un mismo libro, a unos les atrae más unas cosas, y a otros, otras diferentes.


A la pregunta de qué historias le han inspirado, Oriol nos contó que un libro que le había marcado mucho fue Amerycan psycho, de Bret Easton Ellis, novela que leyó de adolescente y que tantos años después de haberlo leído, tiene un gran recuerdo sobre él. También mencionó El perfume de Patrick Süskind, y ya en lo visual, El silencio de los corderos y la serie House of cards.

Oriol nos contó que para él, lo más importante es la historia, más que cómo ésta está narrada. Que un libro realmente te cuente algo, no que pasen las hojas sin que la historia vaya a ningún lado, y que es lo que él había intentado con La extraña historia de Maurice Lyon. Que el tiempo de los lectores invierten en tu libro (con todas las opciones que hay ahora) es responsabilidad del autor, ofrecer una historia de calidad.

No pudimos sonsacarle nada de su siguiente proyecto, sólo nos dijo que tiene un par de historias en mente.

Fue una tarde muy agradable. Oriol se mostró muy cercano, y dijo que agradecía este tipo de encuentros, porque en las entrevistas tiene que medir mucho las palabras para no desvelar nada importante del argumento, y que aquí, como todos habíamos leído el libro, estaba muy a gusto pudiendo hablar cualquier cosa sobre él. Como podéis ver, el encuentro fue muy ameno y se hizo corto, síntoma de lo bien que nos lo pasamos.


miércoles, 10 de junio de 2015

Crónica del encuentro con Romain Puértolas (La niña que se tragó una nube tan grande como la torre Eiffel)


El pasado miércoles, unos cuantos blogueros fuimos a un encuentro con Romain Puértolas (autor de El increíble viaje del faquir que se quedó atrapado en un armario de Ikea) con motivo de la publicación de su nueva novela, La niña que se tragó una nube tan grande como la torre Eiffel. Desde aquí quiero dar las gracias a Penguin Random House por invitarme (el encuentro se realizó en su sede) no sólo por lo bien que nos trataron (el ágape que nos pusieron estaba buenísimo) si no por darme la oportunidad de conocer a Romain Puértolas, una persona muy divertida y con un gran sentido del humor, que desprende positividad por los cuatro costados.

Su editora nos presentó a Romain Puértolas, y nos contó, entre otras cosas, que Romain escribe dramas divertidos, fábulas para adultos, y que tras El increíble viaje del faquir que se quedó atrapado en un armario de Ikea, con La niña que se tragó una nube tan grande como la torre Eiffel se había consolidado como autor. También nos confesó que le pidió a Romain que cuando tuviera que escribirla, lo hiciera los lunes, para así empezar la semana de buen humor.

Romain nos contó que el ser serio y profesional en un trabajo no está reñido con estar de buen humor, alegre y feliz. Que él se toma la vida como un se bebe un whisky: sólo es amargo, con un refresco entra mucho mejor. Me gusta su filosofía de vida, y creo que ese derroche de positividad que desprende lo transmite muy bien en sus libros.

Nos habló de El increíble viaje del faquir que se quedó atrapado en un armario de Ikea (libro que aún no he leído, pero que ahora tengo intención de leerme en breve) y lo que supuso para él que lo hayan traducido a 37 idiomas, y haya varias productoras (como la de Brad Pitt) que quieran llevarla al cine (incluso hicieron ofertas antes de su publicación).

Después  nos habló de La niña que se tragó una nube tan grande como la torre Eiffel. Toda la idea le surgió de una "tontería": los soufflés a él se le bajaban siempre, y pensó que en la gravedad eso no pasaría, al contrario, subirían mucho más. Nos habló de los personajes, de Providence y de Zahera, de cómo conectaron y se vieron reflejadas la una en la otra (Providence en la niña que fue, Zahera en la mujer en que se quería convertir).


Aunque la novela es una gran fantasía (una mujer que vuela sólo n ayuda de sus brazos y el fuerte deseo de estar al lado de su hija enferma), Romain nos dijo que a él le gusta que la fantasía esté argumentada y sea con lógica, no gratuita. Y que le gusta dar piezas como en una historia policíaca (sólo que sin asesino ni muerto).

Nos contó que el final de una novela tiene que impactar (a él no, porque lo escribió y no está tan esquizofrénico). Que jugando con su hijo, le vino el final.

También nos habló de las peluquerías antiguas (la novela comienza cuando un cliente entra, y le empieza a relatar al peluquero el momento en que Providence voló, y cómo llegó hasta allí) y la fascinación que éstas le producen, porque son un receptáculo de historias. Que un peluquero es como un psicólogo, pero él te corta el pelo, mientras que el psicólogo no hace nada.

Aunque él habló mucho, sobre todo al principio, mientras nos contaba de qué iba el libro y cómo se gestó en su mente, no fue un monólogo (aunque no hubiese sido aburrido, pues Romain es muy divertido), así que la siguiente parte de mi crónica la voy a poner como si hubiese sido una entrevista (íbamos metiendo baza y haciendo preguntas según surgía). No es literal, porque aunque tomé alguna nota, no la grabé ni la transcribí.

Pregunta: ¿Qué quieres transmitir en tus libros?

Romain Puértolas: En La niña que se tragó una nube tan grande como la torre Eiffel, el amor maternal, y que no hay que abandonar a los 20 segundos del milagro (sin saber, claro está, que el milagro va a producirse en 20 segundos). Que no se puede abandonar la sala de un cine hasta que la película haya terminado, pues no sabes qué te vas a perder al no ver el final.

En Francia los libros que gustan son los que te lo acabas y puff, te pegas un tiro en la cabeza, pero a mí me gusta que haya un mensaje positivo o con un tono divertido.

P: ¿Cómo te surgen las ideas?

R.P.: Mi imaginación es como un grifo, tengo muchísimas ideas, incluso demasiadas. Mi padre siempre dice que el pelo en nuestra familia capta ideas geniales, y que por eso, en mi época punk, cuando lo llevaba muy muy corto, no tenía buenas ideas. Aunque yo le replicaba que era porque las nuevas generaciones, con una antena corta, captábamos igual que él con las antenas largas.

P: ¿Qué escritores te han influido? ¿Has leído a Jonas Jonasson y a Albert Espinosa? (en ciertos momentos la lectura de tu libro nos los ha recordado).

Aunque os parezca gazpacho y sangría, es
un zumo de fresas (riquísimo) y otro de uvas
R.P.: Sí, he leído a ambos autores. Aunque antes que ellos también ha habido otros referentes, pero parece que sólo nos acordamos del último. Me gusta mucho Eduardo Mendoza, aunque alguno de sus libros no me ha gustado, en general son geniales y muy divertidos.

P: ¿Tienes algún método o manía a la hora de escribir? ¿Dónde y cuándo acostumbras a hacerlo?

R.P.: El 90% del libro, lo que el lector lee, lo escribí en el móvil. Me surgen ideas, frases, diálogos, párrafos enteros. Me lo mando por email (aunque no literal, si a alguien le llegase, no lo entendería).

P: ¿Cuánto has tardado en escribir la novela?

R.P.: Pues El increíble viaje del faquir que se quedó atrapado en un armario de Ikea tardé tres semanas, y con La niña que se tragó una nube tan grande como la torre Eiffel, dos semanas y media. Soy un apasionado, cuando me meto dentro de una historia, no puedo parar hasta que la termino. Obviamente, después tengo que corregirla y pulirla, pero el grueso del libro tardé eso en escribirlo.

Antes, cuando conocía el final de la historia que tenía en la mente, ya no me interesaba escribirla, porque era como un lector-escritor. Ahora, por suerte, eso ha cambiado.

P: ¿Crees que los monjes tibetanos escuchan realmente a Julio Iglesias? (es un pasaje que sale en la novela):

R.P.: Jajaja, oye, no voy a ser yo quien juzgue qué música escuchan, o qué mensajes hay en las canciones. Me he tomado una pequeña licencia, porque realmente Julio Iglesias nunca ha cantado Pobre diablo en chino. Y también me tomé otra licencia con el presidente de Italia. Porque… ¿cómo se llama, quién es? (Nota: ¿A que tú tampoco lo sabes? Y no vale mirar google, jajaja). Pues por eso puse a Berlusconi.

P: ¿Has conocido a algún islandés? (en la novela, la erupción de un volcán irlandés es el punto de partida de toda la historia, y en uno de los pasajes, dice que menuda casualidad que sea un volcán islandés, cuando nadie conoce a ningún islandés?:

R.P.: Sí, jajaja. Justo el otro día estuve con una escritora islandesa. Pero es verdad que, cuando tú preguntas a la gente de dónde es, te dicen todos los países imaginables, menos Irlanda.

En la novela iba a poner al volcán irlandés (Eyjafjallajökull) que erupcionó hace unos años, pero estrenaron la película “Eyjafjallajökull (o simplemente ‘El volcán’)en la que sale dicho volcán, y aunque mi libro estaba escrito de antes, se iba a publicar después de la película, y decidí cambiarle el nombre para que no se pensase que me había inspirado en la película.


P: ¿Por qué un título tan largo?

R.P.: Me gustan los títulos largos, porque cuando lo dices, ya te has metido en la historia, ya te hace soñar. Si fuera simplemente “La niña”, no te diría nada. En cambio, cuando lees el título, La niña que se tragó una nube tan grande como la torre Eiffel, ya te está metiendo de lleno en el libro.

Además, yo lo primero que hago siempre es mirar la portada de un libro. Empiezo por eso. Si me llama la atención, ya miro el resumen, después me leo la primera página y, si me han gustado las tres cosas, entonces me llevo el libro.



Hubiéramos seguido y seguido hablando, la tarde se pasó volando, fue muy entretenida; pero llegó la hora de irse, no sin que antes nos dedicara los libros, y nos hiciéramos unas fotos con él. Siento si me he enrollado, pero la tarde dio para mucho, y nunca se me ha dado bien resumir.

En aquel momento, yo estaba a 30 páginas del final, el cual devoré de camino a casa. Un final emotivo y precioso, que pone la guinda a un libro que, aunque he de reconocer que al principio me costó meterme en la historia, terminó por conquistarme por completo.


martes, 4 de noviembre de 2014

Encuentro con Amelia Noguera y La marca de la luna

El pasado 29 de septiembre (cómo pasa el tiempo) tuvo lugar el encuentro de blogueros/reseñistas con Amelia Noguera, en la cafetería Canela, en Madrid, al lado de Ópera, con motivo de su primera novela publicada con una editorial (Roca Editorial): La marca de la luna.

He leído varias novelas de Amelia Noguera, y su prosa me encanta. Además, aunque brevemente, ya habíamos coincidido en otra presentación, y me apetecía oírla hablar sobre La marca de la luna, novela que en el momento del encuentro no había leído. No tardé mucho en hacerlo y quedé atrapada en ella. Me encantó, y Lila es uno de esos grandes personajes que te conquistan sin remedio y se quedan contigo. Mañana publicaré la reseña de la novela, hoy os traigo un aperitivo.

La tarde pasó volando y, casi sin darnos cuenta, era la hora de despedirse e irse cada uno a su casa. Como podéis deducir, fue un encuentro muy agradable y ameno, en el que hablamos de libros en general, y de los de Amelia Noguera (y La marca de la luna), en particular.


Blanca Rosa Roca, la directora de la editorial, comenzó presentándonos La marca de la luna y nos contó cómo, por error, comenzó a leerla en su libro electrónico, pensando que era un libro publicado por su editorial. Y que cuando se dio cuenta de la equivocación, ya no pudo dejar de leer, porque Lila la conquistó. Lo cual no extraña, a mí me pasó lo mismo.

Después, Amelia nos contó por qué y cómo escribía, contestando a todas nuestras preguntas, dejándonos con ganas de saber más y más. Nos contó que para ella, es más fácil escribir a que te lean. Y no porque escribir sea fácil, sino porque en el mercado actual, con toda la oferta que hay, es difícil llegar a los lectores y que te lean.

Una de las primeras preguntas que le hicimos a Amelia fue por qué escribía. Y su respuesta fue porque se hace preguntas. La marca de la luna surgió a raíz de un reportaje del Natural Geographic, que hablaba de las bodas de niñas de 6-7 años, con hombres muchísimo mayores que ellas, y cómo una de esas niñas había muerto de un desgarro vaginal. Ese reportaje la impresionó mucho, le llevó a preguntarse sobre el motivo de esas bodas.

Otra de las preguntas, fue cómo, sin haber estado en la India, podía describirla de tal manera que te parece estar allí. (En ese momento no había leído la novela, pero ahora, tras haberlo hecho, es verdad que te transporta hasta la India, lo cual tiene muchísimo mérito). Nos contó que se documentó mucho, con literatura de mujeres hindúes que escriben desde Occidente, con películas, libros sobre hinduismo… Y que todo ello le llevó en torno a un año.

Si alguien ha leído más de una novela de Amelia Noguera, puede ver que las abuelas suelen tener una gran importancia, y le preguntaron el porqué de ello. Nos contó que no sabía exactamente por qué, pues ella no tuvo una relación de ese tipo con sus abuelas. Pero que considera que la relación entre alguien que ha vivido toda una vida con quien empieza a vivirla puede ser muy especial.

Y a la pregunta de cómo elige los títulos de las novelas, nos contó que muchas veces es lo primero, y que de ahí surge el resto del libro. Pero que en el caso de La marca de la luna no fue así, y que costó encontrar el adecuado.

Por supuesto, también hablamos de los personajes. En las novelas de Amelia, son lo principal, la historia está a su disposición, y no al revés. Son personajes cercanos, reales, de carne y hueso. Para mí esto es algo muy importante, no solo marca el que una novela me guste o no, si no que, una vez terminada su lectura, permanezca conmigo o no.

Hablamos de muchas más cosas, la tarde no sólo se pasó volando, si no que dio para mucho. Salí de allí con muchas ganas de leer la novela, la cual disfruté muchísimo, y me dio mucha pena no poder ir al encuentro con los lectores del pasado 27 de octubre. Una vez leída la novela, me habría gustado poder comentarlo con ella.

Un detalle que vi en casa y que me hizo mucha ilusión es que, en el dossier de prensa que nos dieron, salían varios blogs que hablaban sobre sus novelas, y el mío era uno de ellos. No me lo esperaba y me hizo mucha ilusión ver el nombre de mi blog, con unas palabras mías sobre Prométeme que serás delfín.


Por último, recomendaros que leáis a Amelia Noguera, tenéis mucho donde elegir y, de momento, todos los que he leído me han gustado mucho. Mañana os hablaré de La marca de la luna, para tentaros y que le deis una oportunidad, no creo que os arrepintáis.

domingo, 19 de octubre de 2014

Presentación de Los tres violines de Ruven Preuk, de Svenja Leiber

El pasado 23 de septiembre acudí a un encuentro bloguero que organizó la Editorial Malpaso en el hotel NH Zurbano, para conocer a Svenja Leiber, autora de Los tres violines de Ruven Preuk.

Y aunque había una traductora de alemán, el encuentro terminó siendo en inglés, por lo que fue más cercano al hablar directamente la autora con nosotros. También descubrí que no tengo el inglés tan oxidado como creía, porque me enteré de casi todo.

Svenja nos habló de cómo surgió la novela. En un pequeño pueblo, el dueño de la granja poseía tres violines, y uno de ellos era muy valioso, pero no sabía cuál de los tres era. El protagonista de la historia es sinestésico, es decir, “ve” la música. La novela, además de contarnos la vida de este peculiar violinista, recorre la historia de Alemania en el siglo XX, así como la música y el arte en esta época.

La autora toca el violín, y nos contó que para ella es un punto central del ser humano, pues la música tiene la capacidad de cambiarnos.

Malcom Otero y Svenja Leiber

La presentación de la novela corrió a cargo del director editorial de Malpaso, Malcom Otero. Nos estuvo contando cómo llegó esta novela a ellos, con una simple frase que les llamó poderosamente la atención: “El protagonista es sinestésico”. Indagando más sobre la novela, se decidieron a hacerse con ella a ciegas, basándose en la calidad y no en las ventas, pues Los tres violines de Ruven Preuk se ha publicado en Alemania esta primavera, por lo que cuando se hicieron con los derechos de la novela en España, aún no había datos del éxito que ha tenido allí. También nos contó que es un libro duro, pero salpicado con ironía.

Svenja Leiber, tímida pero muy simpática, supo transmitirnos todo lo que había puesto en la novela, y los allí presentes salimos con muchísimas ganas de leer Los tres violines de Ruven Preuk. Aunque en vez de salir con esta novela, se vino con nosotros Que levante mi mano quien crea en la telequinesis, de Kurt Vonnegut, porque acabó por error en la presentación, en vez del libro de Leiber.

Pero a los pocos días, la editorial Malpaso nos envió Los tres violines de Ruven Preuk, y dedicado por la autora, y mañana comenzaré su lectura, con muchas ganas. La edición está muy cuidada, con la portada en blanco y el canto del libro en negro.

Por último, quería agradecer a la editorial Malpaso y a la agencia RENZO el poder haber acudido al encuentro con Svenja Leiber, el cual fue muy agradable. Y saludar a Laura, de La hierba roja, a quien conocí allí y cuyo blog no conocía, pero que me ha encantado, y al que os recomiendo echar un vistazo.

lunes, 7 de abril de 2014

Encuentro bloguero con César Pérez Gellida

El jueves 20 de marzo tuve la gran suerte de poder participar en un encuentro con César Pérez Gellida y otros blogueros, a quienes (menos a Ismael, del blog Cajón de historias), ya conocía no solo virtualmente, si no que ya habíamos coincidido en otras presentaciones: Concha y Bea, del blog De lector a lector, Manuela de Entre mis libros y yo, Pedro de El búho entre libros y María del blog De todo un poco, que fue quien organizó el encuentro. También contamos con la presencia de Pilar, Patricia y Luis, de la Editorial Suma de Letras.


El encuentro fue en la librería La Central, en Callao, un sitio en el que nunca había estado, pero que me gustó mucho: Un lugar donde puedes comprar y leer libros, mientras te tomas un café, una cerveza, o lo que te apetezca. Lo único malo de ese día fue la música. No pude localizar su procedencia, pero el volumen excesivo dificultaba en ocasiones la conversación.

Como iba diciendo, fue un encuentro muy ameno, las horas se pasaron volando, y antes de darme cuenta, ya era la hora de irse.

Yo fui con mi libreta, con algunas preguntas que quería hacerle a César, dispuesta a tomar notas. Y luego solo apunté palabras sueltas, porque al final fue más una charla entre amigos que otra cosa.

Hablamos de tantas cosas... que me resulta difícil condensarlas en una entrada.

De lo primero que nos habló César fue de la portada, con esa cajita de música que sale desde el primer libro, y que en Consummatum est tiene cierta importancia. La fotografía es de su amigo Carlos de Francisco. En cuanto a lo que nos podemos encontrar en su interior, nos contó que los dos primeros tercios de la novela son un thriller de acción, y la evolución/desenlace de Dies irae, mientras que el último tercio es un thriller psicológico, con una atmósfera agobiante.

30 meses le ha llevado a César escribir la trilogía de Versos, Canciones y trocitos de carne, los seis primeros trabajando y robando tiempo al sueño, y el resto, a tiempo completo.

Nos confesó que, al contrario que otros escritores, él no tiene un guión prestablecido en el que sabe todo lo que va a pasar, si no que se deja llevar por los personajes, y que precisamente eso es lo que más le ha costado: la creación de los personas. Que el personaje de Augusto Ledesma fue el más fácil, pues consultó con un especialista sobre los sociópatas, y estos siempre van directos de A a B, pase lo que pase. En cambio, el más complicado fue Sancho, pues a lo largo de la trilogía sufre una evolución, y el Sancho de Memento mori no podía ser el mismo que el de Consummatum est.

También estuvimos hablando de la guerra de los Balcanes, de literatura (y de esos libros con final "trampa", con demasiadas vueltas de tuerca y que se sacan un as de la manga para hacer un final impactante pero incoherente), de música (y cómo "busca" en su memoria discográfica la canción perfecta para el capítulo o la escena que acaba de escribir), de sus magníficos prologistas y en especial de Lorenzo Silva, que es quien escribe el prólogo de Consummatum est, de refranes y de secadores. ¿De secadores? Sí, de secadores. Alguien le preguntó por ellos, y resulta que César tiene una pequeña manía a la hora de escribir: para desconectar del ruido y poder concentrarse, un día utilizó un secador, y ese ruido uniforme le ayudó. Así que siempre usa uno (con aire frío en verano y caliente en invierno), y tiene unos cuantos de reserva en su casa. 

En Consummatum est hay un personaje que, entre otras cosas, lo que más echa de menos de su ex pareja es ese ritual en el que él le secaba el pelo a ella, porque su novia odiaba los secadores. Esta escena me ha sacado una gran sonrisa, con ese guiño a su proceso de escribir.

Y hablando de guiños, hablamos de la posibilidad de que se hiciese una película de la trilogía. Y si es así, veríamos en la gran pantalla a César, porque, al igual que Hitckok, en las tres novelas César hace un cameo (en Consummatum est ni los más despitados podrán pasarlo por alto).

También nos habló de su siguiente proyecto, el cual espero que no tarde mucho en publicarse porque, tras terminar este fin de semana Consummatum est, estoy con mono de la prosa de César Pérez Gellida.


Muchas gracias a todos por la fantástica tarde que pasamos. Si queréis leer la crónica de los demás, id pinchando en los enlaces que os dejo debajo:

Ismael (no ha publicado la crónica, pero el protagonista de abril es César Pérez Gellida)

Mañana os traigo la reseña, de verdad que es magnífica, un cierre brillante para la trilogía.

PD. Os recuerdo que en el blog tengo activo el sorteo de un ejemplar dedicado de Consummatum est. Si quieres que sea tuyo, pincha aquí y lee las bases :) 

miércoles, 29 de enero de 2014

Crónica del encuentro bloguero con Juan Gómez-Jurado

El jueves 16 asistí en Madrid al encuentro bloguero con Juan Gómez-Jurado, que presentaba su recién publicada novela “El Paciente”.

La trama se resume en dos líneas: “O matas en el quirófano a tu próximo paciente, que es el Presidente de los Estados Unidos, o tu hija muere”, pero el dilema moral es mucho más complejo.

Se veía que Juan estaba cansado, porque llevaba todo el día con presentaciones y entrevistas, pero contestó a todas nuestras preguntas y pasamos un rato muy agradable.

El encuentro fue en un céntrico café muy cerca de Atocha, el café bar Alma, donde nos trataron a cuerpo de rey. Estuvimos sentados a unas mesas, en donde nos sirvieron bebidas y aperitivos (con unas croquetas de curry deliciosas), de los que todos dimos buena cuenta. El ambiente fue muy agradable, y yo salí de allí con ganas de devorar la novela (y no porque me hubiera quedado con hambre).

Juan Gómez-Jurado y la editora Ángeles Aguilera
Yo solo conocía a Juan de Twitter, y me ha parecido majísimo, una persona con mucho humor y muy inquieto.

Nos contó muchas cosas de la novela, y de cómo se gestó hasta al fin ver la luz. Empezó a escribirla en octubre de 2011, la cual tardó más o menos un año en escribir, más otro año en revisar y pulir todos los detalles.

De todos sus libros, es el primero que escribe en primera persona; en el personaje principal, David, hay mucho de él, y nos dijo que se veía muy reflejado. Al contrario que en sus otras obras, en ésta fueron las emociones de los personajes quienes guiaron lo que iba pasando, en vez de tener desarrollada la trama con todo lo que iba a suceder paso a paso como suele hacer.

Si os preguntáis por qué ambientó la novela en Estados Unidos y no en España, hay dos respuestas. La primera (casi como si se tratara de un chiste), es porque entonces la novela duraría dos capítulos, porque hoy en día, quién no dudaría en matar a Rajoy para salvar a su hija. La segunda, es porque necesitaba que fuese en un contexto más lejano que el suyo, poner distancia física y emocional de la historia que estaba contando.

Juan Gómez-Jurado y yo
También se habló de la importancia de los títulos y las portadas, porque es lo primero que nos llama la atención. Entre un mar de libros, tiene que destacar sobre los demás.
Para esta novela, se barajaron muchos títulos. Como borrador, se llamó durante mucho tiempo “Punto de equilibrio”, pero finalmente acabó siendo El Paciente, título que a mí personalmente, me gusta mucho más.

También se habló de las fajas, esas que tanto les gusta a las editoriales, con frases para llamar la atención del posible lector, pero que la mayoría, una vez en casa, quitamos y, muchas veces, tiramos sin pudor a la basura. Es verdad que si tienes una frase tan buena, de una autora tan conocida como Katherine Neville, sería casi un crimen no utilizarla; pero también es verdad que, en mi ejemplar, no va a durar mucho tiempo.

El Paciente se ha traducido a muchos idiomas y se está traduciendo a otros tantos. Juan dijo que ya tenía la versión china, y bromeó con ir a un locutorio o bajar a cualquier tienda china a que le dijesen qué ponía en alguna página.

También están en negociaciones con Estados Unidos para llevar la película al cine. Él ve como actor para el protagonista a Clive Owen, una opción que a mí me gusta, y que tendremos que esperar para ver si se cumple.

En el encuentro también estuvo la editora Ángeles Aguilera, y se nota que entre ambos hay muy buena relación, y que forman un gran equipo.

Planeta ha apostado fuerte con El Paciente (40.000 ejemplares la primera edición). Yo he de reconocer que no había leído ningún libro de Juan Gómez-Jurado (sí, sé que es un crimen. Mi padre, que se ha leído todos los suyos, no hacía más que decirme que me leyese alguno, que me iban a encantar). Pero salí con tan buena impresión de la charla que, en cuanto terminé el libro que estaba leyendo en ese momento, me puse con El Paciente, y me ha encantado, es un thriller que te atrapa desde el principio y que no puedes soltar hasta llegar al final. Si tienes aún alguna duda, ve el booktrailer, y yo creo que no te quedará ninguna.

* Muchas gracias a Bea y a Concha del blog De lector a lector por pasarme las fotos, me encantó volver a encontrarme con vosotras.

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