Lo primero, la foto de grupo. Faltan tres, porque se los han llevado mis padres de vacaciones. Como podéis intuir, va a ser una entrada un poco larga, y tengo lecturas más que de sobra para todo
el verano.
Gracias a Mundopalabras, el autor Manu de Ordoñama me mandó su novela Vivir
de rodillas. Aún no la he leído porque intuyo que es una historia dura, y
estoy esperando el momento adecuado.
Y Bohodón ediciones me ofreció Un álamo en otoño, de Eva Barro. La
portada, unido a la sinopsis, hizo que aceptase sin dudar, y me ha gustado mucho, en breve os traeré la reseña.
De La última vuelta del scaife, de
Mercedes Pinto Maldonado ya os he hablado. Me llegó con un preciosa dedicatoria de la autora,
gracias a la iniciativa de Lidia de Juntando más letras, Concha de De lector alector y Pedro de El búho entre libros.
Sé lo que
estás pensando, de John Verdon, me llegó junto con unos caramelos riquísimos y un marcapáginas
de No solo leo, gracias al sorteo que gané y a la amabilidad de sus blogueras.
¿Y quién podría resistirse a este libro, con semejante portada y título?
Su autor, Depablo i Martí, nos ofreció La increíble y formidable aventura de
un escritor que no quería serlo por separado a mi padre (El búho entre
libros, por si algún despistado no lo sabe a estas alturas) y a mí, y ambos contestamos
que sí. Obviamente, le dijimos que sólo mandase un ejemplar, que para eso
compartimos libros y estanterías (más bien, yo comparto mis estanterías, mi
padre hace tiempo que las tiene llenas).
Y en junio, excepto la primitiva, he ganado un montón de sorteos. Estos
dos libros me han venido dedicados por sus autores: Una erasmus en Bruselas, de Alfredo Escardino, que no es de un género que suela leer, pero ahora para el verano me parece ideal. Y pese a todo…, de
Juan de Dios Garduño, una novela postapocalíptica a la que estoy deseando
hincar el diente.
Esta preciosidad, La fuerza de los fuertes, de Jack London, en
verdad le tocó a mi padre en el sorteo de Laky de Libros que hay que leer. Pero
así como quien no quiere la cosa, y ahora que no me oye, va a ir a parar a mi
estantería.
Y Algón editores me ofreció Hojas de romero, de Miriam Marrero, el cual
me llegó junto a un marcapáginas muy bonito.
Sólo he podido ir a la feria del libro un día, y éste ha sido
mi botín:
En la orilla, de
Rafael Chirbes, me lo recomendó mi profesor del taller de creación literaria,
así que cuando vi que iba a la Feria del libro, no dudé en acercarme hasta su
caseta para hacerme con él (aunque como no había leído nada suyo y tenía una
gran fila de personas esperando, el autor fue un poco parco en palabras).
No estaba segura de comprar La leyenda de la isla sin voz, de Vanessa
Monfort, pero aprovechando que estaba al lado de la caseta de César Pérez
Gellida, no pude resistirme, y la autora fue majísima y encantadora.
Una madre, de
Alejandro Palomas, va a ser la siguiente lectura de mi madre, una lectora feroz
e implacable, muy exigente y a quien con más cuidado recomiendo libros, pues no
acepta cualquier cosa. Y aunque éste en particular no lo he leído, por las
cosas tan buenas que me han contado de él, no creo que le decepcione. El autor,
también muy simpático.
Si os apetece leer qué tal fue mi tarde en la feria del libro, os dejo aquí la
crónica de mi padre.
Y el último de la foto, Un saco de huesos, de Stephen King, fue
un regalo de mis padres por mi cumpleaños, porque sabían que quería leerlo para
la lectura conjunta organizada por Mara de Déjame leer en paz.
Pero esperad, que aquí no acaba la cosa (ya os dije al principio que
estos dos meses mis estanterías se están quedando sin huecos).
También me compré (bueno, en verdad encargué que me compraran, porque por desgracia
el 13 de junio no pude ir a la Feria del libro como era mi intención), 152
rosas blancas, una recopilación de relatos de Romántica Histórica
seleccionados en el II Certamen Literario Divalentis. Los relatos de dos amigas
mías (Alba Corpas y Tamara Miguel Maneiro) fueron seleccionados, y me han encantado. Me falta leer los 150 restantes,
pero pinta bien la cosa.
Y a finales de junio me llegó el pack que gané en Libros que voy leyendo.
Hubo un pequeño malentendido, pero cuando por fin me llegó, me hizo mucha ilusión. Y no es
para menos, porque el pack estaba compuesto por la novela La huella blanca,
de Ana B. Nieto, una libreta y dos colgantes muy chulos.
Y también gané E-King, de Javier Díez Carmona,
en el blog Un lector indiscreto, una novela negra que creo que voy a disfrutar
mucho. Y El nadador, de Joaquim Zander, ganado en el blog de
Momentos de silencio compartido para la lectura conjunta (llevo poco, pero de
momento está muy interesante).
Y por último, gracias a la Editorial Planeta y a Momentos de silencio compartido, me ha llegado a casa La chica de los ojos del color de mi
piscina, de Jorge Salinas, una novela muy apetecible.
Y esto es todo en cuanto a libros físicos, porque mis estanterías
virtuales también han aumentado en estos dos meses. Pero eso ya lo dejo para
otra entrada, que será tan larga como ésta.
¿Cuál de todos os apetece más? Yo creo que voy a implantar el sistema
de mi querida Carax, asignarles un número y que alguien decida por mí, porque
todos tienen muy buena pinta.