Xula, del blog Caminando entre libros, organizó una
lectura conjunta de este libro, y como me atrajo mucho la sinopsis, decidí apuntarme,
siendo ésta la primera lectura conjunta en la que participo. Aquí podéis
ver quiénes son los otros participantes, y cuándo han publicado o van a
publicar sus reseñas sobre La rastreadora.
Autor
Antonio Lagares (1956) estudió Psicología
en la Facultad de Ciencias de la Educación de Sevilla.
Nace un 27 de marzo de 1956 en Utrera
(Sevilla). Vive en Morón (Sevilla) hasta 1975 que trasladan a su padre a San
Fernando (Cádiz). En la actualidad continúa viviendo allí. Entre 1975-80
realiza la carrera de Psicología en la Facultad de Ciencias de la Educación de
Sevilla. En esta época se inicia en la literatura. Comenzó su vida laboral en
la industria farmacéutica, lo que le impidió desarrollar sus inquietudes
literarias por falta de tiempo. A pesar de ello, en los ratos libres, se dedica
a preparar material pensando en el futuro. En estos momentos está inmerso en
varios proyectos literarios.
Los libros que ha publicado son:
- Gaviotas de sur (1995), libro de relatos y poemas.
- Obsesión (2011), libro de relatos.
- El ángel de la guarda (2011).
- Viaje sin retorno (2011), novela.
- La rastreadora (2012), la última de sus novelas
publicadas, y sobre las que os vengo a hablar.
Si queréis saber más sobre Antonio
Lagares, visitad su página: http://www.antoniolagares.com/
Argumento
Veo un tanto difícil explicar el argumento
de esta novela, sin desvelar demasiado de la trama, y considero que es mejor
acercarse a esta novela sin saber mucho de su argumento, sabiendo que es una
novela distinta y original, así que os pongo la sinopsis oficial:
“La mente es un laberinto sin salida para
cualquier elemento perturbador que intente profanarla. Para Élyran, la
rastreadora no lo es. Ella consigue extraer de lo más profundo lo que nunca
queremos recordar… Todo lo que tratamos de ocultar a nuestra conciencia.
Élyran tiene una nueva misión: rastrear la
mente de Miguel, un vagabundo que permanece aferrado a estar siempre cerca de
una iglesia ¿Lo logrará?”
La novela
La rastreadora comienza fuerte, narrando
en el primer capítulo el accidente (o no) que le ocurre a David, mientras
su hermano Miguel contempla la escena sin hacer nada por evitarlo:
“Su mirada transmitía la gravedad de la
situación. Multitud de ojos se clavaron en la figura inmóvil que se apreciaba
en la copa del árbol; ojos acusadores de una tragedia que ni él mismo llegaba a
comprender. Trastornado por lo acontecido, testigo presencial de una muerte
ajena, la rutina de aquel día desapareció en el balanceo de una cuerda con la
muda protesta de un ser que ni siquiera pudo pedir socorro cuando advirtió que
la muerte le acechaba”.
Este primer capítulo está narrado en
tercera persona, por un narrador omnisciente. 30 años después, comienza la
parte central de la novela, narrado en primera persona por Élyran (cuyo nombre
conoceremos mucho después). A mí este segundo capítulo me descolocó mucho,
porque te mete de lleno en la historia, y al principio no sabes de qué te está
hablando el autor, ni por dónde van a ir los tiros, ni quién es exactamente la
rastreadora, ni cuál es su misión. Luego, poco a poco, te va explicando todo,
vas haciendo suposiciones, uniendo piezas, y es sobre la segunda mitad de
la novela, cuando vas atando cabos y todas las piezas del rompecabezas empiezan
a encajar en su sitio.
La novela no especifica ni el año ni el
lugar donde se sitúa la historia, y casi toda la acción transcurre en el piso
de Élyran, recayendo todo el peso de la novela en los diálogos de Miguel y
Élyran, a través de los cuales se perfila de una manera impecable la
personalidad de ambos, especialmente de Miguel.
Mi opinión
La rastreadora es muy diferente a
cualquier otro libro que me haya leído. Su argumento es único, muy original y
diferente. También, por momentos, es una novela difícil, no siendo recomendada
para todo el mundo.
Como he dicho antes, al principio el libro
me descolocó, haciéndose para mí un poco pesada la lectura. Pero
enseguida te metes en la historia (aunque no sepas cuál es la historia), y
quieres saber más y más, y quién ganará en esa lucha diálectica entre Élyran y
Miguel.
Hubo un capítulo en el que el autor
narraba con tanta crudeza el maltrato físico y psicológico, y las vejaciones
sufridas por Élyran, que inconscientemente, no podía evitar leer más deprisa,
para acabar cuanto antes con ese capítulo, del mal cuerpo que me estaba
provocando, mientras decía para mí: “Élyran, estúpida, qué estás haciendo, cómo
has podido caer en su trampa, despierta, ¡reacciona de una vez!”. De verdad, un
capítulo muy bueno, pero muy duro, y debo reconocer que me alegré cuando acabó.
La novela es básicamente un duelo entre
mentes, una lucha dialéctica en la que sabemos que solo uno podrá ganar, y no
está claro cuál de los dos será.
Hay momentos en que la discusión sobre la
religión se me hizo, aunque interesante, un poco pesada, al igual que los
insultos de Miguel, totalmente necesarios y que reflejan su personalidad, pero
que a veces se me hicieron molestos.
En cuanto a la ortografía, hubo alguna
frase que a mí no me sonó bien (“Podemos llevarnos todo el día con el juego de
las citas si quieres”. “¡No, no tocadme, no, por favor!” y algún que otro
queísmo (“antes que se convierta en asesina de más mentes inocentes”).
Recomendación final
¿Me ha gustado La rastreadora? Sí, mucho.
¿La recomiendo para todo el mundo? No. ¿A quién la recomiendo? A aquellos que
se atrevan con algo diferente, a ser testigos de una lucha entre dos mentes
privilegiadas, donde el bien y el mal luchan entre sí. Y sobre todo, a los que,
habiendo leído esta reseña, les entre el gusanillo de saber más, y averiguar
cómo acaba todo.
(*) En Amazon, el libro estaba por un euro. Pero al ir a comprobar el precio, ya no aparece en formato digital, solo en formato papel, no sé si ha ocurrido un error, porque no creo que lo quiten de Amazon, sería una verdadera pena.