En
septiembre y octubre, pocos libros se han venido conmigo. Principalmente porque
he ido bastante a la biblioteca, muy poco a alguna librería, y porque tengo
muchos libros pendientes (a los que tengo que sumar los de mi padre) y estoy
intentado contenerme para no acumular tantos.
Lo
primero, la foto de grupo:
Falta
el de Muchachas, de Katherine Pancol.
Lo he llevado a la biblioteca, allí tal vez encuentre a alguien que le guste
más que a mí y lo disfrute. (En su lugar he metido el de Viajo sola, en teoría es de mi padre. En teoría, jiji).
Tanto
Los tres violines de Ruven Preuk, de Svenja Leiber como Que levante mi mano quien crea en la telequinesis, de Kurt Vonnegut
son de la Editorial MalPaso. El primero me ha gustado un montón, espero traeros
la reseña en breve. El encuentro con la autora y presentación de la novela, podéis leerlo aquí.
La marca de la luna, de Amelia Noguera, me ha gustado muchísimo, Lila es
un personaje que te atrapa sin remedio. Mañana publicaré la reseña. La crónica del encuentro podéis leerla aquí.
Cuarto menguante, de Jaume Palau, es un
libro de relatos que su autor me ha mandado, y además con una preciosa
dedicatoria. Por los emails que me ha escrito, creo que voy a disfrutar mucho
con su lectura.
Las torres del cielo, de
Coia Valls. Lo gané en el sorteo que organizó Un lector indiscreto, es una
autora con la que aún no me he estrenado, y también me apetece mucho.
Viajo sola, de Samuel Bjork, creo que no necesita presentación. Muchos lo habéis leído, me apetece un montón, sólo tengo que encontrarle un hueco. Ya sabéis, por eso de la acumulación que tengo ahora mismo ;)
Y
ahora los digitales. Creo que el libro electrónico ha sacado al Diógenes que
todos tenemos dentro, al menos en mi caso. Hay tantos, tan apetecibles, gratis
o a precios irrisiorios, y a sólo un click, que cuesta resistirse. Os voy a
presentar los que más me apetecen, porque en estos dos meses se han venido
muchos conmigo (por favor, no informéis de más ofertas, que una es débil y
cae).
Mañana es Halloween, de Israel Moreno, me lo ofreció su autor, y por las
opiniones que había visto, me apetecía leerlo, ya sabéis que el terror me gusta
mucho. No sé por qué esperaba otra cosa, pero me ha gustado.
La arena del reloj, de Mayte Esteban. Ya lo tenía mi padre (a quien le
encantó), pero mucho mejor tenerlo en mi lector. Otro que me apetece mucho,
mucho. Me gusta la forma de escribir de Mayte, y éste creo que me va a
emocionar.
Elisabet Castany, la autora de El eterno legado, un verdadero encanto, me escribió para
ofrecerme su novela. Montse de Alma prendida fue quien me la descubrió, y tengo
muchas ganas de leerla.
Y por último, La hermandad, de Marcos Chicot. La anterior novela, El asesinato de Pitágoras, me encantó, así que tenía claro que iba a leer la continuación
(que no es exactamente continuación, porque queda el final queda cerrado). Es
mi actual lectura, y también me está encantando, y eso que me ha sorprendido
con las dos líneas temporales. (Ni leí la sinopsis, hay autores que no lo
necesitan).
Y esto es todo. Como veis, tengo
lecturas para rato. A ver si ahora que estoy de vacaciones, leo más. Aunque, no
me preguntéis por qué, normalmente cuanto más tiempo tengo, menos leo.
Antes de dar por terminada esta
entrada, quería comentar una cosa. Varios de los libros que os he mostrado, me
los han enviado los autores. Cuando un escritor te escribe, hay formas y formas
de hacerlo. Y los que os muestro, lo han hecho de la mejor manera posible:
Dirigiéndose a mí, sabiendo quién soy o cuál es mi blog, informándose un poco
sobre si su libro podría gustarme o no, con amabilidad y respeto, y de tal
manera, que no solo me ha predispuesto a favor suyo, si no que me ha picado el
gusanillo (si no lo tenía ya) por conocer y leer su novela.
Por eso yo siempre digo que mi
experiencia en la blogosfera es muy buena. Me quedo con lo mejor: Los blogueros
que me descubren nuevas lecturas, las personas que pasan por mi pequeño
espacio, me leen y algunos hasta comentan, las lecturas simultáneas en Twitter,
las conversaciones en las redes sociales, los autores que nos cautivan con su
prosa y además son cercanos y encantadores, a los amigos virtuales (y no tan
virtuales) que he conocido gracias al blog. A todos vosotros, quería daros las
gracias. A los que hacen spam, intentan crear mal rollo, mandan un emails
masivo en el que se nota que no saben ni cuál es el blog al que se dirigen,
etc., aplico la política que mejor me funciona: La indiferencia.