Título: La marca de la luna
Autora: Amelia
Noguera
Nacionalidad: España
Roca Editorial, 2014
364 páginas.
Precio: 17,95 euros
ebook: 6,64 €
Argumento (parte de
la contraportada)
En una aldea de la India, la madre de Lila fallece al traerla
al mundo. Su abuela Asha se hace cargo
de ella y le evita así su cruel suerte: morir por no ser varón. Pero la vieja
Neeja, cegada por el odio ancestral de quienes viven en la oscuridad, la
maldice: cualquier hombre al que Lila comience a amar morirá. Asha intenta
contrarrestar la maldición de su consuegra: la esperanza vendrá de la mano de
un extranjero.
La pequeña, con la
marca de la luna en el vientre, crecerá aprendiendo los secretos de la magia
hasta que, huyendo de la maldición, emprenderá un periplo que la conducirá a
Checoslovaquia.
Mi opinión
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Mercado de La India |
Me encanta la manera
que tiene Amelia Noguera de contar historias. De un libro te puede gustar la
historia que cuenta, o la manera de hacerlo que tiene el autor. Y cuando ambas
cosas se aúnan, con un buen comienzo y un buen final, y además con unos
personajes bien perfilados y que sientes reales, no puedes pedir más. Pocos
libros reúnen todo esto, y La marca de la
luna es uno de ellos. Pero comencemos por el principio.
La marca de la luna se divide en tres partes. En la
primera, Lila nos cuenta su infancia en La India. Huérfana de madre, y con un
padre que no la quiere, Lila no carece de amor ni cariño, porque su abuela Asha
se hace cargo de ella y, aunque su infancia es dura, es feliz. Esta parte me ha
encantado. Sientes que estás en La India, casi hasta puedes olerla. Y saber que
esos matrimonios concertados de niñas con hombres que les doblan o triplican la
edad, por desgracia son reales y siguen llevándose a cabo… Me revolvió las
tripas, y me hizo sentir una inmensa tristeza no solo por la hermana de Lila,
si no por todas esas niñas sentenciadas desde el momento de nacer, únicamente
por ser mujeres.
Pero bueno, mejor
sigo hablando del libro, que de este tema podría hablar y hablar y hablar.
Porque a veces parece que hemos superado muchas barreras, pero si miras un poco
más en profundidad, ves que no han sido tantas, y que nos quedan aún
muchas por derribar.
La segunda parte de La marca de la luna transcurre en Praga,
durante los años de la Guerra Civil española, donde Lila conoce a un
diplomático de la Legación española. Esta parte me ha resultado interesante,
porque no sabía de su papel en la historia (es un personaje real), ni todo lo
que hicieron –o intentaron hacer– desde fuera de España por ella. Pero (y aquí
viene el único pero del libro), aunque me
pareció muy interesante, también creo que se desvía de la historia
principal, y corta un poco el ritmo de la novela. En algún momento me pareció
que había demasiados datos, y que cortaba la acción. Pero luego vuelve a
recuperar el ritmo, y en la parte final de Praga no podía parar de leer.
Y por último,
llegamos a Sevilla. Como decía, desde los últimos momentos en Praga, la
historia gana fuerza, y desde ese momento, la historia va a más y a más, hasta llegar
al final.
Lila es un personaje
que me ha cautivado. Maldita por la madre de su padre (no digo abuela porque
nunca ejerció ese papel, ni dio el amor que una abuela tiene que dar a su
nieta, como sí hizo Asha), cuando se enamore, el hombre destinatario de dicho
amor, morirá. Por eso nunca se ha permitido amar. Sabes que esto en algún momento
va a cambiar, porque al fin y al cabo le está contando su historia a su nieta,
pero no sabes cuándo ni quién será, e intuyes desde el principio, que no lo va
a tener fácil.
Aunque sólo esté
hablando de Lila, en La marca de la luna
hay muchos otros personajes, y todos están muy bien perfilados. Aunque Lila sea
el pilar de toda la historia, la novela es coral, y los personajes que la
acompañan no son meras comparsas, sino que, como decía, están muy bien
dibujados y retratados.
Amelia Noguera nos
transmite el amor desde sus distintas vertientes: una abuela a su nieta, unos
padres a sus hijos y viceversa; el amor ya maduro, sin la pasión del principio pero
conservando toda su fuerza, el amor adolescente. También nos muestra el poder que tiene el sentimiento de culpa, cómo
puede afectar a las personas y atraparlas en una red de la que es difícil
salir. Y el poder de las profecías: ¿Son reales porque hay un poder superior
que marca nuestro destino, o se cumplen por nuestra creencia en ellas y, cuanto
más intentes impedirlas, estarás más próximo a cumplirlas?
No quiero contar
mucho más de la novela, para que la descubráis por vosotros mismos, y os
sumerjáis en la maravillosa historia creada por Amelia Noguera, y os dejéis
conquistar por Lila como me ha pasado a mí.
Valoración:
9/10
“Créeme, en tu corazón brilla la estrella de tu destino”.
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