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domingo, 24 de noviembre de 2013

Eloísa está debajo de un almendro, de Enrique Jardiel Poncela

Título: Eloísa está debajo de un almendro.
Autor: Enrique Jardiel Poncela.
Nacionalidad: España.
Editorial: Vinces-Vives.
Edición original:.
Edición: 1996.
192 páginas.
Tapa blanda.
Precio: 8,65 euros.
ebook: €.
ISBN: 9788431633684


Hacía mucho que quería leer algo de Jardiel Poncela y del llamado Teatro del absurdo, así que cuando Laky de Libros que hay que leer y Nora bosco y Lectora de tot de Momentos de silencio compartido nos propusieron el mes del humor, elegí Eloísa está debajo de un almendro, y os aseguro que es una buena elección, porque las risas están aseguradas.


Autor (información obtenida de Wikipedia)

Enrique Jardiel Poncela (Madrid, 1901–1952) fue un escritor y dramaturgo español. Su obra, relacionada con el teatro del absurdo, se alejó del humor tradicional acercándose a otro más intelectual, inverosímil e ilógico, rompiendo así con el naturalismo tradicional imperante en el teatro español de la época. Esto le supuso ser atacado por una gran parte de la crítica de su tiempo, ya que su humor hería los sentimientos más sensibles y abría un abanico de posibilidades cómicas que no siempre eran bien entendidas. A esto hay que sumar sus posteriores problemas con la censura franquista.

Sin embargo, el paso de los años no ha hecho sino acrecentar su figura y sus obras siguen representándose en la actualidad, habiéndose rodado además numerosas películas basadas en ellas. Murió de cáncer, arruinado y en gran medida olvidado, a los 50 años.


Argumento

Mariana está enamorada de Fernando Ojeda, un hombre misterioso y a quien ella cree portador de un gran secreto, en el que ella tiene algo que ver. Pero a veces le odia, cuando él se pone una máscara y finge ser una persona normal y corriente. Sus sentimientos, como le dice su tía Clotilde (en principio, la única cuerda de la familia), no son muy normales, pero claro, formando parte de una familia de locos en la que su padre no ha pisado la calle desde hace muchísimos años (pero viaja en un tren imaginario todas las semanas), su tía Micaela está obsesionada con los ladrones y con coleccionar búhos, y su hermana, la loca oficial de la familia, está desaparecida… pues tampoco parece muy raro que ella necesite que su  novio sea un hombre misterioso que le oculte algo grave para ser feliz. Y el tío de Fernando, Ezequiel, puede que también oculte algún turbio secreto… ¿O será la casa de los Ojeda la que realmente esconda algo misterioso?


La obra

Eloísa está debajo de un almendro es una obra de teatro muy corta, que se desarrolla en tres únicos escenarios (en un cine, en la casa de la familia de Mariana y en la casa de los Ojeda). Todos los personajes, a su manera, están un poco locos, y hay secretos, enredos y tejemanejes que dan lugar a malentendidos y situaciones hilarantes.

Eloísa está debajo de un almendro se engloba en lo que se conoce como Teatro del absurdo, en el que todo parece muy superficial, pero tiene mucha más profundidad de lo que en un principio pueda parecer. Y también tiene garantizadas sonrisas y risas, que te harán olvidar la realidad por un momento, y dejarte con un buen sabor de boca después de haberte adentrado en el mundo de estos personajes en los que la cordura brilla por su ausencia.


Mi opinión

No suelo leer teatro, no es un género que me atraiga especialmente. Pero este año he leído dos obras, Macbeth y ésta de la que hoy os hablo. Y aunque no sea uno de mis géneros preferidos, nunca me ha decepcionado ninguna de sus lecturas.

Eloísa está debajo de un almendro debería ser de obligada lectura para aquellos que están un poco alicaídos o desanimados. Y también para aquellos que están alegres y no quieren sumergirse en un libro con una historia triste.

Creo que no hay mejor manera de empezar un lunes por la mañana, montada de pie en el autobús de las 6:30 camino del trabajo, que con el libro de Eloísa está debajo de un almendro en las manos y la mente en la historia de estos personajes tan entrañables y cómicos. Casi podía sentir la mirada de otros pasajeros fulminándome por ir riéndome a esas horas (y de pie en el autobús, creo que no hay cosa que me ponga de peor humor, pero ese día ni me enteré), mientras nos agarrábamos en una de esas curvas que asemejan a un rally y que más de un pisotón han provocado (y ninguna caída, porque debido a los recortes y la escasez de autobuses, vamos apiñados y no hay espacio para caerte).

Pero bueno, que me voy por las ramas. Que yo venía a hablaros de mi experiencia con la obra, y no de mis viajes en el autobús o en el metro (que darían para más de una entrada).

Para centrarnos, os pongo un trozo de una escena. Atención, periodistas y fotógrafos, así es como tenéis que hacer vuestro trabajo, para que esté bien hecho:

«“Fotografía tomada por nuestro redaztor gráfico, que llegó al lugar del crimen tres minutos antes de cometerse éste”. (Dejando de leer de nuevo.) ¡Lo que debe ser! Y no llegar cuando ya ha pasao to, que nunca se entera una bien de cómo ha ocurrido la cosa...»

Todos tenemos nuestro punto de locura y nuestra propia realidad, aunque muchas veces ésta es desfigurada y adaptada a lo que nosotros queremos, centrándonos solo en lo que nos interesa. Supongo que en parte de ahí viene el refrán “Cada loco con su tema”. Y en esta obra, hasta la que parece más cuerda (y dice ser la única que no está loca), nos provoca dudas, pues, ¿quién puede vivir rodeado de locos y no contagiarse de su locura? Y al final, está claro que Clotilde tal vez loca, lo que se dice loca, no esté, pero muy bien de la cabeza tampoco.

Lo único de la obra que se me ha hecho un poco pesado han sido las aclaraciones que hay para situarte (y situar) a los personajes en la escena, y la descripción de los escenarios. Y yo creo que principalmente ha sido porque no estoy acostumbrada a ello y, para mí, rompían un poco el ritmo de la historia.

Escondidas entre conversaciones absurdas y cómicos razonamientos, se encuentran reflexiones que, no por salir de boca de una loca (o posible loca) dejan de tener su razón:

«Porque se cree y se espera tanto del amor, que, a fuerza de creer en él y de esperar de él, falta decisión para personificarlo en nadie...»

Lo único malo de la lectura de Eloísa está debajo de un almendro es que me ha dejado con muchísimas ganas de ver la obra de teatro. Aunque aprovechando que la están representando a Madrid y hay entradas por solo 12 euros, no creo que tarde mucho en satisfacer mi necesidad de ver representada esta obra, y echarme unas buenas carcajadas.  


Recomendación final

Lo único que puedo añadir (o volver a decir), es que si quieres echarte unas cuantas risas, y empezar la mañana o terminar el día con buen humor, o en algún momento entre medias reírte un rato, éste es tu libro, y Eloísa está debajo de un almendro la historia que necesitas.


Valoración:

9/10
"Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados, 
sólo se diferencian en que unos están más locos que otros".
Nicolas Boileau

miércoles, 28 de agosto de 2013

Película: Dolor y dinero

Vuelvo de las vacaciones, y retomo el blog, pero no con una reseña sobre un libro, sino que por primera vez, os voy a hablar sobre una película.

Ayer, gracias a La Caixa, fui al preestreno de Dolor y Dinero. La película más patética, surrealista e hilarante que he visto en mucho tiempo.


No sabía muy bien de qué iba Dolor y Dinero, porque no me gusta ver los trailers enteros poco antes de ir al cine. Solo sabía que la protagonizaba Mark Wahlberg, que era de acción, y estaba basada en hechos reales. La amiga con la que fui al cine no dejaba de repetirme: “Esto no puede ser verdad, no puede ser verídico”. Pues sí, señores y señoras, Dolor y Dinero es el claro ejemplo de que, muchas veces, la realidad supera a la ficción. Y mucho.


ARGUMENTO

Si andas un poco perdido/a porque no sabes de qué película te estoy hablando, te pongo en antecedentes:

En 1994, tres idiotas (sin la menor intención de insultar, pero mucha inteligencia no tienen) musculados (de eso sí tienen, para dar y tomar), deciden perseguir el sueño americano, y qué mejor manera que tener la vida que siempre has envidiado a los demás, que robándosela a la persona más rica y odiosa que conoces. Porque al fin y al cabo, según Johnny Wu (Ken Jeong), gurú del que es fan el protagonista, hay que ser un “hacedor”, y tener “tres dedos” en la vida: Uno, pensar en tu objetivo; Dos, planificar tu objetivo; Y tres, buscarte la vida. (O algo así).

Y eso es lo que hacen estos tres lumbreras de Miami: Daniel Lugo (Mark Wahlberg), el cerebro de la operación, entrenador personal, manipulador y creyente del fitness; Adrian Doorbal (Anthony Mackie), fan de los esteroides (y sufridor de sus consecuencias), sin dinero y loco por las mujeres gorditas (lo cual es un problema, porque no puede llevarlas a cenar); y Paul Doyle (Dwayne “The Rock” Johnson), un violento supercachas, ex presidiario, cristiano y ex alcohólico, que intenta reformar su vida. 

Un cóctel explosivo, que estalla cuando secuestran a Victor Kershaw (Tony Shalhoub), un rico empresario colombiano que no cae bien a nadie, para hacerse “legalmente” con todas sus posesiones.
  
Un plan sencillo que, como ocurre con todos los planes fáciles, se acaba complicando. El reparto lo completa Ed Harris, un detective privado que estará tras la pista de estos tres entrenadores culturistas.



MI OPINIÓN

Dolor y dinero me ha recordado a las películas de serie B, tan cutres, tan cutres, que acababan volviéndose películas de culto. Y es que no sabes si reír o llorar, con la de estupideces que son capaces de hacer los protagonistas. Y acabas riéndote, durante toda la película. Menos en un par de escenas, que para mí fueron demasiado violentas, y en las que yo pensaba: “Madre mía, no puede ser tan difícil matar a alguien, ni hace falta ser tan cruel”. Porque en serio, que yo sepa, los disparos en la cabeza son mucho más efectivos que lo que le hacen al pobre señor Victor y, desde luego, mucho menos dolorosos.

No sé si Michael Bay, el director, pretendía hacer una comedia, pero para mí es lo que ha conseguido. Una comedia de acción, violenta y surrealista, como sus protagonistas, pero comedia al fin y al cabo. Es ver la estupidez humana en todo su esplendor.

Quitando el momento del atropello con la rueda del coche (cuando veas la película, sabrás a qué me refiero), y la motosierra en acción (que me dio un poco de grima), me he pasado media película riendo.

¿Que si te la recomiendo? Pues sí, la verdad. No es una gran película, no se llevará ningún premio, no hay que seguir ningún argumento; Pero pasas un buen rato con las andanzas de estos tres subnormales, como mi querido Ed Harris los llama. 

Desconectas de la realidad, te echas unas cuantas carcajadas, y te asombras de lo rematadamente estúpidas que pueden ser las personas.

Y repito, aunque no te lo creas, está basada en hechos reales. Tal y como dice la película: Siguen siendo hechos verídicos (aunque tú no puedas llegar a creerlo, de lo increíbles, o estúpidos, o ambas cosas, que son).

Os dejo el tráiler y la ficha técnica, por si os apetece echarle un vistazo.



FICHA TÉCNICA

Título: Dolor y dinero
Título original: Pain & Gain
País: USA
Estreno en USA: 26-04-2013
Estreno en España: 30-08-2013
Productora: Paramount Pictures
Director: Michael Bay 
Guión: Christopher Markus, Stephen McFeely (basado en los artículos de Pete Collins)
Reparto: Mark Wahlberg, Dwayne Johnson, Anthony Mackie, Tony Shalhoub, Ed Harris, Rebel Wilson, Ken Jeong, Bar Paly, Emily Rutherfurd.


7/10
“Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana.
Y del Universo no estoy seguro”.
Albert Einstein
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