Título: Muchachas
Título original: Muchachas
Autora: Katherine Pancol
Traducción: Montserrat Roca
Nacionalidad: Francia
La Esfera de los libros, 2014
416 páginas.
Precio: 18,90 euros.
ebook: 7,59 €
Laky de Libros que hay que leer,
Tatty de El universo de los
libros y Albanta de Adivina quien lee sorteaban 15 ejemplares de Muchachas, de Katherine Pancol, y como Los ojos amarillos de los cocodrilos me
gustó, aun no habiendo continuado con la serie, me animé a participar en el
sorteo, y me alegré cuando gané el ejemplar. Miré la sinopsis, no contaba mucho
(lo cual está muy bien, porque no me gustan que me destripen más de medio libro
antes de empezar a leerlo), pero no especificaba que hubiese protagonistas de
la primera trilogía. Lo cual creo que es un error. Creo que mi reseña va a
empezar y terminar igual: La mitad de Muchachas
me ha gustado, la otra mitad no. Y por el camino me he sentido perdida y un
poco engañada. A ver si cuando llegues al final de la reseña, te queda claro
por qué, y te quedas de la novela lo que más te guste (que no es todo malo, que
conste).
Argumento
De la autora de Los ojos
amarillos de los cocodrilos
MÁS DE UN MILLÓN DE
EJEMPLARES VENDIDOS EN FRANCIA
Esta novela está llena de
chicas.
Ellas llevan la batuta.
De Nueva York a París, de
la Borgoña a Londres o a Miami.
Chicas que inventan, se
encienden, aman.
¿Y los hombres?
Ellos también están.
Pero son las muchachas
las que bailan, bailan, bailan.
Ellas hacen volar su
destino esplendoroso.
¡Y esto solo acaba de
empezar!
Mi opinión
La novela tiene cuatro
grandes capítulos. El primero y el tercero, dedicados a dos de los personajes
de las novelas anteriores. El segundo y el cuarto, a la nueva historia y los
nuevos personajes.
Muchachas
comienza con Hortense, la hija insoportable del primer libro, a la que yo no
tragaba. Han pasado dos libros desde que yo la dejé, y sigue igual, solo que en
vez de en Francia, en Estados Unidos, y con novio. Mal empezamos. Un personaje
con el que no logré empatizar, en un capítulo que no te cuenta nada, y con el
que andaba un poco perdida por no saber qué ha pasado en las dos entregas
anteriores. Y eso que me leí el primero, que si no, no sabría ni de quién me
estaban hablando.
Después de un día anodino
en la vida de Hortense, conocemos a los nuevos personajes. Te los presenta de
sopetón, y al principio tuve dudas de si me estaba perdiendo algo que también
se hubiese contado en la otra trilogía. Pero enseguida me situé, y la historia
me atrapó. Y cuando estoy en mi salsa, conociendo a Stella y el universo que la
rodea, cambia de capítulo y, esta vez, volvemos a la vida de Josephine. Y aquí
ya sí que te pierdes.
AVISO A NAVEGANTES: Si no te has leído la trilogía de los
animales, y tienes intención de hacerlo, sáltate este párrafo.
Vale, hecha la advertencia, continúo. (Lo que está en cursiva es lo que yo me
iba preguntando mientras leía este capítulo). Jo sigue siendo la misma mujer
insegura y baja de autoestima que en el primer libro. Han pasado dos libros por
ella, y sigue exactamente igual. (Mi conclusión: Si con dos libros de por medio
que no me he leído, Jo sigue igual, no le ha tenido que pasar gran cosa). Solo
que ha cambiado de novio. Sí, de pronto descubres que está con el que era el
marido de su hermana (¿ah, que se han
separado? ¿Y Jo se ha atrevido a “quitarle” el marido a su hermana, con lo
idolatrada que la tenía y lo poco cosa que a su lado se sentía). Pero no,
resulta que Iris está muerta (¿ah, que la
mataron? Vaya, eso sí que hubiera sido interesante leerlo, y no esto que me
está contando sobre un hotel y no sé que
de sentirse fea, exactamente igual que cuando la conocí hace años). Y, por
supuesto, sigue sintiéndose insegura, aún no ha superado que su madre medio la
dejara ahogarse en el mar. (Vale, reconozco
soy un poco mala, eso te crea un trauma o dos, pero quilla, que es la cuarta
novela sobre ella, tendría que tenerlo más que superado). Se acaba el
capítulo. Y ya. No sabes más de ellas. (Y yo casi doy saltos de alegría).

Y tras desahogarme con lo
malo, vayamos a lo que sí merece la pena del libro: los capítulos pares, la
nueva historia.
Conocemos a Stella y a su
madre. Stella sufrió maltrato por parte de su padre, y tuvo que ver cómo éste
maltrataba a su madre, pensando que eso pasaba en todas las casas, hasta que
descubrió que su padre era encantador de puertas para fuera, y un monstruo de
puertas para adentro, y que eso no era así en todas las familias. La historia
es dura (todas las historias de malos tratos lo son). Vas conociendo el pasado
de Stella, y su presente. El daño que le hizo su padre, y el que sigue
haciéndole a su madre, pues ella pudo escapar de esa casa, pero su madre sigue
allí atrapada. Y te vas metiendo en la historia (hasta que llega el siguiente
capítulo, el de Jo, y te vuelve a sacar). Pero bueno, llegas al capítulo
cuatro, y te reencuentras otra vez con los personajes que sí evolucionan, con una historia interesante y que va a más. A
esta parte de la historia le doy un notable alto, se leía con facilidad, y con
ganas de conocer más. Y llegamos al final. Por llamarlo de alguna manera.
Decir que es un final abierto es quedarse corto. Es un capítulo normal, que termina, y el próximo capítulo comienza en
el siguiente libro. Así, tal cual.
Os voy a decir lo que más
me ha cabreado. La historia, de verdad, era buena. Pero la autora ha tenido
miedo y, junto a la editorial, ha decidido meter a personajes de la anterior y
exitosa trilogía, para atraer a dichos lectores a esta nueva trilogía. Con esto
la ha fastidiado pero bien. Los que no hayan leído la anterior trilogía, van a
estar perdidos, y sin ganas de continuar con la novela. Y los personajes, de
verdad, o no dan para más, o la autora no ha sabido exprimirles más jugo de lo
que ya hizo en la trilogía de los animales.
La autora dice que lo ha hecho porque los personajes antiguos se metían en la historia, reclamando su lugar. Y que así, disminuía la dureza de la historia principal, pues es verdad que por momentos era dura. Resultado: En vez de sacar un buen libro con una buena historia, ha sacado tres con dos historias, una buena y otra regular (siendo generosa), y haciendo que, al menos yo, me sienta un poco estafada y cabreada. ¿Que si me voy a leer los siguientes? Creo que no, dejaré que alguien que sí los lea, me cuente el final de lo que me interesa. Y mejor no hablamos de cómo “une” ambas historias, porque esa “explicación” está cogida con pinzas, y lo único que se me vino a la cabeza fue un: “Venga ya, esto era lo que me faltaba”.
En fin, no pretendía ser
tan dura con la novela, así que voy a repetirlo: los capítulos dos y cuatro me han gustado mucho. Una historia
interesante, entretenida, dura, con personajes creíbles y que me han gustado.
Pero aderezado con dos capítulos que restan fuerza a la historia, rompen el
ritmo y como lectora me sentí engañada (además de perdida y enfadada).
¿Conclusión? Lee otras
opiniones, y fórmate tu propia idea. No puedo recomendar ni dejar de recomendar
la novela. Yo, si llego a saberlo, me hubiese saltado los capítulos impares,
evitando coger un cabreo, y disfrutando con lo que realmente merece la pena.
Lo
que más pena me ha dado es que una buena historia haya quedado difuminada con
una que sobra y me ha dejado indiferente.