¿Un sorteo antes de irnos de vacaciones?
Hemos pensado que sin duda es un planazo la novela que os vamos a proponer, una
de esas que te atrapan y no te sueltan a lo largo de sus más de 600 páginas, así
que Pedro de El Búho entre libros, Teresa de Leyendo en el bus, Concha y Bea de
De lector a lector y yo misma, Manuela de Entre mis libros y yo, vamos a
sortear Latidos de Franck Thilliez. Como siempre, sortearemos un ejemplar por
blog.
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jueves, 15 de junio de 2017
martes, 16 de septiembre de 2014
El síndrome E, de Franck Thilliez
Título: El síndrome E
Título original: Le
syndrome E
Autor: Franck
Thilliez
Traducción: Joan
Riambau Möller
Nacionalidad: Francia
Destino, 2011
576 páginas.
Precio: 21 euros
ebook: 9,49 €
El síndrome E ha sido una lectura patrocinada por Laky, de Libros que hay que leer,
quien organizó una lectura simultánea que, si no a todos, sí a la gran mayoría
nos enganchó desde el principio.
Conocí a Franck
Thilliez gracias a varios blogs, entre otros, a Montse de Con el alma prendida a los libros. Y así
llegué a un autor que me encanta, y que puede que de otra manera, no hubiese
conocido. Una de las maravillas de la blogosfera: descubrir pequeñas y grandes
joyas que tal vez, si no fuese por otros blogueros, jamás hubieran llegado a
tus manos.
Argumento (parte de
la contraportada)
Un hecho muy
importante altera el verano de la teniente Lucie Hennebelle: un examante suyo
se ha quedado ciego cuando visionaba un
cortometraje que acababa de comprar. Una película muda, anónima, con un toque
malsano, diabólico y enigmático.
A kilómetros de
distancia, el comisario Franck Sharko acepta volver al servicio bajo la presión
de sus jefes, tras haber abandonado el departamento. Se han hallado cinco
cadáveres a dos metros bajo tierra que resultan imposibles de identificar, ya
que tiene las manos cortadas, la cabeza abierta y cerebro, dientes y ojos
extraídos.
Mi opinión
El síndrome E es el primero de la serie de Sharko y
Hennebelle. Antes de éste, hay otros dos
libros de Lucie (pero no traducidos al castellano), y otros dos de Sharko: El ángel rojo y Luto de miel. Voy a
hablar brevemente de ellos, sólo para remarcar lo importante en este otro. Si tienes intención de leer El ángel rojo o Luto de miel, ya sabes, sáltate los siguientes dos párrafos.
En El ángel rojo, conocemos a Sharko, ese
inspector de policía adicto a su trabajo, y sumido en una gran pena, porque su
mujer desapareció hace seis meses, y no se sabe nada de ella. Al final,
descubrimos que el asesino al que persigue, es un amigo suyo, y que además fue quien
secuestró a su mujer, la cual estaba embarazada. Consigue salvarla, pero ella
nunca volverá a ser la misma.
En Luto de miel, ya en el prólogo Thilliez
nos cuenta que su mujer y su hija están muertas. Su mujer nunca se recuperó
psicológicamente de las torturas sufridas durante su secuestro, y se lanzó a la
carretera con su hija en brazos, muriendo ambas. Luego pasan más cosas, no sé
el qué, porque sólo me leí los tres últimos capítulos (sí, sé lo que estáis
pensando, pero la noche de antes me entró curiosidad por ver qué pasaba, porque
Xula de Caminando entre
libros dijo que pasaba algo importante que tendría relevancia en los
siguientes libros). Y vaya si tenía razón: El bueno de Sharko sufre de
esquizofrenia paranoide, viendo a un viejo llamado Willy, y a una niña llamada
Eugenie. En el epílogo, deja la policía, empieza a tratarse esa esquizofrenia,
y estudia criminología. Y cuatro años después, sigue viendo a personas que no
existen.
Ya puedes seguir leyendo,
hemos llegado a El síndrome E. Dos casos
en principio sin ninguna conexión (el visionado de una película que deja ciego
a un exnovio de Lucie, policía separada y con dos hijas gemelas; y el
descubrimiento de 5 cadáveres sin cerebro, ojos, dientes ni manos del que se
encarga Sharko) acaban uniéndose, y así, los destinos de Hennebelle y de Sharko
se entrelazan, en un caso con mentes
enfermas, una película que esconde mucho más de lo que parece en un principio,
y un desconocido síndrome E que te pondrá los pelos de punta cuando descubras
lo que es.
Thilliez se sumerge de lleno en la mente de asesinos en
serie, crueles, violentos, inteligentes, sádicos. Y nos arrastra a una
investigación con dos personajes que viven para descubrir esa maldad que anida
en el mundo, y acabar con ella. La vida personal de Sharko es un
desastre: está solo, y sigue viendo a la pequeña Eugenie, a la que le encantan
las castañas confitadas y la salsa de cóctel. Lucie, por su parte, es madre
soltera de dos niñas pequeñas. Intenta compaginar su trabajo, su vida familiar
y su ocio, pero sin gran éxito; porque quiere muchísimo a sus hijas, pero su
trabajo es vital para ella, y no es fácil conciliar ambas cosas.
Thilliez siempre nos muestra lo peor de los seres humanos. Cada vez que se
descubría algo nuevo de la película, con la mujer desnuda y, sobre todo, con la
niña de ojos oscuros, prefería no seguir sabiendo. Porque cuántas atrocidades
se han cometido en nombre de la ciencia (sólo hay que ver los experimentos que hacían los nazis con
los judíos). Y como siempre, lo pagan aquellos a quienes la sociedad no echará
de menos, porque suponen una carga y no les importa lo que pase con ellos. Y lo
de la contaminación visual… tan cierto y tan plausible en nuestro mundo de hoy en
día, que dan escalofríos sólo de pensarlo (si no habéis leído el libro, podéis
pensar que os hacéis una idea, pero no, es mucho peor). “¿Qué hace usted cuando está cansada,
teniente? La vida es cada vez más exigente, más extenuante. Se refugia usted en
su casa, frente a sus pantallas, y se relaja. Abre su cerebro a las imágenes,
como un grifo, con una conciencia reducida, casi dormida. En ese momento se
convierte en un blanco perfecto y le inyectan cuanto quieren en la cabeza”.
Con capítulos cortos junto con otros más extensos, Thilliez
nos adentra en estas dos investigaciones que se convertirán en sólo una. ¿Cómo estarán relacionados los casos? ¿Cómo
se conocerán Lucie y Sharko? Estas eran las preguntas que me hacía. Porque
sabes que se conocerán, e intuyes que se van a llevar bien, porque Lucie es
como Franck hace muchos años, antes de que la crueldad de su trabajo le
absorbiera por completo.
Y claro que los casos están relacionados, porque la crueldad
llama a la crueldad, y la violencia engendra más violencia. Y van desmadejando el
misterio, uniendo piezas, descubriendo nuevas cosas sobre la misteriosa
película. Y mientras Sharko y Hennebelle empiezan a conocerse, tú vas sabiendo
un poquito más de ellos, y gustándote cada vez un poquito más.
Y antes de que te des cuenta, estás completamente absorto
por la trama. Thilliez sabe
cómo utilizar el lenguaje para crear una historia muy visual. Y cruel. Y
adictiva. Con unos personajes oscuros, llenos
de inteligencia y pasión, pero también de soledad y tristeza. Y a los que
coges mucho cariño, para mí al menos ha sido inevitable, aunque no comporta
algunas de sus acciones. Y llegas al final, ves
la cara de la maldad en persona, y tristeza y horror se dan la mano.
Y como ya estaba
advertida, tenía a mano Gataca, la continuación, para cuando terminase El síndrome E, porque todo el mundo
coincide en lo mismo: Thilliez realiza un cliffhanger de esos que, si no tienes
el siguiente, hace que quieras tirar el libro contra la pared y matar al autor.
Bueno, matarle no, que te quedas sin más novelas suyas. Tal vez, ponerle muchas
veces la película maldita. Pero
sabiendo que ya ha escrito mínimo el siguiente, claro.
Y aquí viene mi advertencia: Si no tienes Gataca a mano, no leas el epílogo de El síndrome E. De verdad, soy buena y os
aviso, porque más que querer, necesitarás leerlo.
Eso sí, yo sacié mi
curiosidad sólo con el prólogo y el primer capítulo. Como dije en Twitter,
necesitaba cambiar radicalmente de género, tanta maldad, y por partida doble,
no lo veía aconsejable. Y los libros me gusta dosificarlos, para disfrutar
plenamente de ellos, y que me quede un poquito más de Thilliez por un tiempo.
Además, ya se ha encargado Laky de organizar la lectura de Gataca para
septiembre. Pincha aquí
para apuntarte.
Para terminar mi
opinión, voy a decir las palabras que me vinieron a la mente nada más finalizar
El
síndrome E: Adictivo. Oscuro. Violento. Brutal. Y añado: Imprescindible.
Valoración:
9/10
“La crueldad, como cualquier otro vicio,
no requiere ningún motivo para ser practicada, apenas
oportunidad”.
George Elliot
jueves, 28 de noviembre de 2013
El ángel rojo, de Franck Thilliez
Título original: Train d’enfer pour ange rouge.
Autor: Franck
Thilliez.
Traducción: Martine
Fernández Castaner.
Nacionalidad:
Francia.
Editorial y año:
Marlow, 2008.
Edición original:
2003.
448 páginas.
Tapa blanda.
Precio: 18 euros.
ISBN: 9788492472031
Varios blogeros de cuya opinión me fío mucho, hablaron muy bien de
Franck Thilliez, y de la serie protagonizada por Franck Sharko. La mayoría
había empezado por El síndrome E, pero a mí me gusta empezar las series
policíacas por el primero, así que cogí prestado en la biblioteca de la serie
el primero: El ángel rojo.
Autor
Franck Thilliez (Annecy, 1973) es
ingeniero de nuevas tecnologías y autor de varios libros, entre ellos:
- El ángel rojo (2003)
- Las
chambre des morts (2005)
- Deuils
d miel (2006)
- La
forêt des ombres (2006)
- La
mémorie fantôme (2007)
- L´anneau
de Moebius y Fractures (2009)
- El
síndrome E (2011)
- Gataca
(2011)
- Atomka
(2013)
Argumento (contraportada)
La
aparición de un cadáver decapitado, artísticamente troceado y diseminado con
enigmáticos designios por diversos rincones de París, sacude de un modo
eléctrico al comisario Franck Sharko. Saber que no se trata del cuerpo de su
esposa, que lleva ya seis meses desaparecida sin que nadie haya pedido rescate
y sin que se tenga a la
menor pista sobre su paradero, es sólo un consuelo menor. Al contrario, este
descubrimiento da pie a una estremecedora y alucinante investigación que pone
en contacto a Sharko con los ambientes más sórdidos que pueda imaginar…
La novela
La escritura de Thilliez es muy visual. Y las imágenes
que crea de los crímenes, impactante y violenta.
El personaje principal, Sharko, está muy bien
construido, y nos muestra claramente el dolor que siente por su esposa
desaparecida, de la que no sabe nada desde hace seis meses, y la duda que le
reconcome por dentro al desconocer si está viva o muerta.
Lo que hace que se sumerja aún más en su trabajo,
sobre todo al cometerse un crimen tan brutal, y mandarle el asesino una carta,
lo que hace que comience un macabro juego en el que el asesino siempre va un
paso por delante.
Mi opinión
Me ha gustado mucho El ángel rojo. Franck Thilliez ha creado un personaje de carne y hueso, con sus virtudes y sus defectos, que toca fondo debido a la desaparación de su mujer, y que se centra en el trabajo para intentar llenar el vacío que ha dejado y la desesperación por no saber si está viva o muerta. Aunque que su nuevo caso sea intentar atrapar a un cruel y sádico asesino, no ayuda mucho.
La trama es brutal, con impactantes y crueles imágenes, pues el asesino tortura sádicamente a sus víctimas. Thilliez impregna a la historia de un realismo mágico que crea un ambiente a la vez realista, sórdido y sobrenatural.
Tuve una intuición con respecto a una cosa del final
que acabó resultando cierta, lo que es consecuencia de leer tanta novela
policíaca y de misterio desde los diez años, que hace que los pequeños
detalles te vislumbren parte de la trama final antes de que ocurra. Eso no ha hecho que disfrute menos de la historia,
solamente que el final, para mí, no ha sido una sorpresa.
Por lo que he leído, Thilliez va subiendo el nivel con
cada nuevo libro del comisario Sharko. Si éste, que es su primer libro, me ha
gustado mucho, auguro que los demás me van a terminar de conquistar.
Recomendación final
No puedo hablar sobre los otros libros, porque aún no los he leído, pero El ángel rojo me ha gustado mucho. Tal vez esperaba más, pero para ser la primera novela del autor, está muy bien escrita, y estoy deseando leer el resto de las novelas del comisario Sharko.
Valoración:
7,5/10
"La crueldad, como cualquier otro vicio, no requiere ningún motivo para
ser practicada, apenas oportunidad".
George Eliot
George Eliot