domingo, 13 de julio de 2014

Mis nuevos inquilinos #2


Ya os conté todos los libros que se vinieron a mi casa en mayo y junio. Ahora les toca el turno a los que fueron a parar a mi Kindle. Por suerte, estos no abultan, porque un día de estos mi madre me echa de casa, con todos mis libros metidos en cajas.

Gracias al concurso del BookTag de Sinerrata del Día del libro, 4 nuevos inquilinos se quedaron en mi libro electrónico:


- El retorno de los bardos y Manuscrito en el tiempo, ambos de Lucía Solaz Frasquet.
Allí donde el viento espera, de Maia Losch,
- El rompecabezas del cabo Holmes, de Carlos Laredo.

El que más me atrae de todos es éste último, he oído muy buenas cosas de él, y recientemente se ha publicado la segunda parte.




 


Gracias al concurso de No solo leo, pude descargarme gratis La red Caronte, de Gemma Herrero, y a todos los que participaron en la lectura conjunta les gustó, así que no creo que tarde mucho en leerlo.

Y otro al que tengo muchas ganas: Mutatis mutandis, de César Pérez Gellida. Un relato corto, spin off de la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne. Sigue estando gratis en Amazon.




Y otros dos con los que me hice gracias a las ofertas de unos días gratis (y procuro no mirar esta sección, ni los Kindle flash, porque sería una locura todos los que descargaría y compraría):

Sal de mis sueños, de Fernando Trujillo. No he leído nada del autor, pero me han hablado bien de él, y el libro me atrajo.

Lágrimas de tequila, de Cita Franco. Un libro de relatos que tengo muchas ganas de leer.
 



También compré Un hotel en ninguna parte, de Mónica Gutiérrez. Me gustó mucho Cuéntame una noctalia, así que no dudé en comprarlo en cuanto salió publicado, y me ha encantado, una auténtica maravilla.

Y Montse de Un alma prendida nos recomendaba por Twitter Los muertos no aceptan preguntas, de Antonia Romero. Me dijo que no me iba a arrepentir, así que no tuve más remedio que comprarlo, y lo leeré en breve.




Los dos siguientes me los mandaron sus autoras:

 - Ellas también viven, de Pilar Muñoz Álamo. A todos aquellos que participamos en la lectura conjunta de Los colores de una vida gris, la autora nos ofreció su anterior libro, un compendio de relatos de los que me han hablado muy bien.

- Y María José Moreno, un día que en Facebook dije que estaba con apatía lectora, me mandó su libro Vida y milagros de un ex, para reírme y pasar un buen rato.




También me ofreció Andrés Ortiz Tafur su libro de relatos Caminos que conducen a esto. Echando un vistazo al libro, no pude decir que no.

Y el último inquilino alojado en mi libro electrónico es Bobo  (...porque necesitaba vengar a su perro de agua), de Antonio Lagares. De este autor leí La rastreadora, una novela muy original que me gustó mucho, así que estoy deseando leer otro libro suyo en un registro tan diferente.




Como veis, tengo muchas lecturas pendientes, a cuál más interesante, así que entenderéis que me resulte difícil elegir, y que me tire un buen rato mirando en mis estanterías, hasta que encuentro el libro que en ese momento me apetece leer (porque soy de la firme creencia de que hay libros que necesitan leerse en el momento adecuado, o no se disfrutarán tanto). 

Y vosotros, ¿cómo elegís vuestra próxima lectura?

viernes, 11 de julio de 2014

Un álamo en otoño, de Eva Barro




Título: Un álamo en otoño
Autora: Eva Barro 
Nacionalidad: España
Bohodón Ediciones, 2013
262 páginas.
Tapa blanda
Precio: 17 euros
ebook: 7,59 €






Argumento

A los cuarenta años, la profesora Lucide empieza a apreciar las “hebras doradas” de su tapiz vital, las que hay que reconocer para disfrutarlas en el momento en que aparecen, las que hay que guardar para deleitarse mediante el recuerdo. Los otros hilos son oscuros, ásperos, amargos, horrísonos o pestilentes, y aunque más numerosos, son los que es preciso olvidar, tras superarlos, para valorar con cierta justicia el resultado final del bordado. Y en el ocaso, al final de su otoño presidido por los álamos, reconoce que, aunque tal vez con cierto retraso, ha sido capaz de cumplir su misión y ha valido la pena.



Mi opinión 

Un álamo en otoño comienza con Elena, una mujer de 40 años, en la consulta de Mercedes, después de haberse intentado suicidar. Mercedes le pide que le hable de ella, y así, mediante los recuerdos de Elena, mezclando distintos momentos y épocas de su vida, vamos conociéndola.

La novela tiene dos partes. La primera, “Un álamo...”, nos cuenta el pasado de Elena, y lo que le ha llevado a estar en esa consulta. La segunda parte, “… en otoño”, nos narra lo que le pasa a partir de ese momento.

Al principio, me costó hacerme con la historia. La novela no tiene una estructura convencional. Se apoya principalmente en los diálogos, sin indicar quién es el que habla (es decir, sin el típico -dijo Elena). Y por eso al principio me liaba un poco, hasta que no avanzaba un par de líneas en el diálogo, no sabía quiénes estaban hablando, ni en qué momento de la vida de Elena estaba. Pero enseguida te sitúas, y el planteamiento me ha gustado, le da agilidad a la historia.

Los diálogos están intercalados con los pensamientos de Elena, y a veces, una misma escena la autora nos la cuenta en dos columnas, una bajo el punto de vista de Elena, y la otra, bajo la perspectiva de Alan, un joven alumno que va a ser muy importante en la vida de Elena.

Mientras Elena va desgranando su vida a Mercedes, conocemos la relación con su marido, a quien hace mucho que no quiere, pero con quien sigue por no tener a dónde ir; la relación con su madre, que siempre la ha sobreprotegido; y el soplo de vida que supone para ella comenzar a trabajar como en la Universidad, donde trabará amistad con un compañero, se sentirá valorada, y conocerá a un joven que reavivará sus ilusiones y dará un vuelco a su vida.

La madre de Elena me sacaba de quicio, tan controladora, pendiente del qué dirán, siempre haciéndose la víctima y defensora a ultranza de que el papel primordial de la mujer es su hogar, ser ama de casa (en plan: El hombre es el que tiene que traer dinero a casa, y la mujer tiene que tener la casa impoluta, la comida hecha y al marido satisfecho, porque es su obligación en la vida).

Unido a que su marido ni le dirige la palabra si no es para reprocharle algo, para Elena supone un punto de inflexión empezar a trabajar en la Universidad, y sentirse reconocida, escuchada, útil. Por eso, dice que a los 40 es cuando siente que ha comenzado a vivir y a tomar sus propias decisiones. Y, en cierto modo, es así.

Entonces, ¿por qué se intentó quitar la vida? Tendrás que leer Un álamo en otoño para averiguarlo.

Me ha gustado mucho la novela, adentrarme en la vida de Elena y conocerla. Un álamo un otoño no es una novela de aventuras, no pasan grandes cosas, sólo es la vida de una mujer de 40 años. Pero el ritmo no flojea, la historia me ha resultado muy interesante y en ningún momento me he aburrido.

Elena es un personaje muy bien construido, es real, con sus virtudes y sus defectos. Te lleva a reflexionar sobre la vida, cómo al no elegir, estás eligiendo. Cómo puedes vivir, sin vivir realmente. Y, desde luego, ya no miraré a los álamos de la misma manera.

* Gracias a Bohodón Ediciones por facilitarme un ejemplar de la novela para su lectura y reseña.


Valoración:

7,5/10

“Amar es este error imprescindible para poder vivir,
esta forma distinta de sentir la lluvia cuando llega el otoño”.
Fernado Beltrán

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