Estricnina, de Mercedes Sáenz Blasco

Título: Estricnina

Autora: Mercedes Sáenz Blasco

Nacionalidad: España

émepe, 2015

340 páginas.

Precio: 15 euros

ebook: 2,99 €

Cuando leí el argumento de “Estricnina”, había algo en él que me atraía, y me animé a leerlo. Puedo decir que ese amor a primera vista no cayó en saco roto, pues la lectura ha cumplido con creces con mis expectativas.

Argumento (contraportada)

A los once años, Ignacio descubre que el cura al que ayuda como monaguillo asesinó a su madre. Tras vengarse de él decide conjurar los remordimientos que le corroen bajo una existencia anodina. Cuatro décadas más tarde, cuando cree haberlo conseguido, el azar le coloca de nuevo frente a los interrogantes que aquel día no quiso plantearse. Comienza así su ineludible viaje hacia un pasado sin cicatrizar, en el que nada ni nadie fueron lo que parece. ¿Acaso él tampoco?

Mi opinión

Estricnina es la primera novela publicada de Mercedes Sáenz Blasco. Sorprende, porque no parece el libro de una autora novel. Sin duda, estaré pendiente de lo que publique más adelante.

La novela comienza cuando Ignacio, a los once años, lee la carta del cura al que ayuda como monaguillo, en la que confiesa, entre otros, el asesinato de su madre. Y se venga de él envenenándole de la misma manera que hizo el cura: con estricnina. Para superar toda esa rabia, dolor y remordimientos que alberga en su interior, se convierte en un ser anodino, que pasa por la vida sin pena ni gloria. Y digo pasa, porque realmente no la vive. Hasta que 37 años después, todo cambia. “(…) el destino volvió a sembrar mi camino de preguntas sin respuesta. Y la pátina de mediocridad que me amparaba comenzó a resquebrajarse”.

Estricnina parte de una premisa muy interesante: Esa carta te sacude casi tanto como a Nacho cuando la leyó de pequeño y descubrió que el cura Andrés mató a su madre. Esa carta te engancha sin remedio a la novela. A medida que avanzamos en el libro, los motivos del cura se ven cada vez más claros, lo intuyes mucho antes que el propio Ignacio. Pero eso no hace el camino hasta el final menos interesante. Lo importante de la novela es la culpa. Cómo nos enfrentamos a ese sentimiento, cómo la venganza y los remordimientos te invaden, y si no los manejas convenientemente, te consumen el resto de tu vida. Cómo los secretos pueden hacer mucho más daño que la verdad, pues te dejan anclado en el pasado sin posibilidad de un futuro mejor. La evolución del protagonista es una maravilla. Ver cómo va descubriendo su pasado, las incógnitas que nunca quiso saber y fue enterrando en un intento de silenciar su conciencia y continuar con su vida, y cómo va encajando las piezas del puzle que todos esos secretos fueron esparciendo lejos de su alcance.

Estricnina indaga en las relaciones padre-hijo, en esos silencios que amplían la distancia entre dos personas y que, llegados a un punto, es imposible de salvar. La novela, a la par que amena y entretenida, también te invita a reflexionar sobre la culpa: la culpa objetiva y real, y aquella autoimpuesta, no siempre acorde a la realidad; al fin y al cabo, el mundo es como lo percibimos. Y también es muy importante el silencio, aquello que callamos y nos va consumiendo por dentro.

La autora transmite muy bien el ambiente de un barrio, los chismorreos de los vecinos y las habladurías de las vecinas. Los personajes, muy bien construidos. La novela está escrita en primera persona, siendo el narrador Ignacio. Su voz está muy bien conseguida, me ha parecido en todo momento auténtica. Quien quizá, a mi gusto, ha flojeado un poco es Adeline, tal vez porque sus motivaciones no me han resultado del todo claras o lo suficientemente fuertes.

En definitiva, Estricnina es una novela que he disfrutado mucho, y que sin duda recomiendo: Mezcla intriga con secretos y remordimientos con venganza de una manera excelente.

* Gracias a émepe y a la autora Mercedes Sáez por ofrecerme el ejemplar para su lectura y reseña.